9 de abril de 2009

Yo que pensaba invitarte a follar conmigo


De nuevo los chicos malos han hecho aparición por la ciudad, aunque muy malos no son del todo, más cuando iban ataviados con sus disfraces sutiles de curas y esas cruces con ciertas corazonadas en su centro. La ciudad se ha vaciado así que quedamos cuatro monos, se nota en los bares, discotecas y demás que sólo falta la pelusilla esa del oeste por las calles para dar un poco más de ambiente, pero como parte buena puedes pedir tranquilamente en las barras sin que tengas que pelearte con la marabunta de personal habitual.

Hasta hace pocos años yo no tenía preferencias de DJs pero con el paso de los años y metiéndome lentamente en el mundo popero lo estoy haciendo y la noche del miércoles pues unos de mis favoritos porque combinan un poco de todo nos hicieron cantarnos hits conocidos o no, mientras una amiga y yo nos poníamos cieguetes a cervezas, chupitos y otra se quejaba que no le gustaba lo que sonaba (si, la famosa frase de "si, se llaman chicos malos y hacen honor a su nombre"), pero yo andaba más feliz que nada con esa musiquilla. Entre temas conocidos, "oles por mi", o sexual revolution, sonaron otros como Selena "La Chica Ideal", que es un temazo de esos que pasaron mucho en sus días por una conocida cadena musical pero ahora casi nadie recuerda. Tras la salida del lugar, llegan los encuentros casuales, que creo que ya se han acostumbrado a que sean así... ¿será un complot del mundo, el show de Truman, la casualidad, un montaje a lo Sara Montiel?.

Estos días han sido muy musicales, porque la noche de ayer entre cena cuasi vegetariana, aunque había un estupendo plato de embutido, y sumidos en la melancolía que provocó la mezcla voluntaria del vino tinto con el lambrusko y unos toques de cerveza, el buen anfitrión de la casa, al cual le hubiéramos puesto buena puntuación si sacáramos tablas de puntuación, decidió sacar compactos musicales, singles y demás para escuchar así que tuvimos una buena sesión, variada, con estilo antes de lanzarnos a la calle... calle de nuevo vacía, tranquila, relajada y entrando en un lugar donde hasta había sofás libres, ¡BIEN!, mi cuerpo creo que ya pedía eso, un sofá y sentarse, aunque poco dejaron hacer eso.

Me voy a hacer fan de "Prefiero noches donde el alcohol corra en su justa medida"

¡AMEN! (que para eso estamos en estas entrañables fechas)

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