5 de abril de 2014

Como la luz del baño que se enciende en plena noche


A. salía de fiesta, mientras que B. estaba en un bar por culpa de un amigo suyo que vivía un momento dramático en su vida. B. siempre estaba en esos momento en los cuales su amigo lo pasaba mal. Se reunían unos cuantos, en plan equipo de apoyo, y al final le sacaban adelante. A. decidió irse a un nuevo local de ambiente que habían abierto: craso error. Aquello era insostenible, pero a los amigos con los que iba, a una medio cita pasada, y a todos les encantaba ¡Como les podía gustar un lugar donde la gente no baila el Yo Quiero Bailar de Sonia & Selena!, pensaba A. para sus adentros

B. seguía con el drama de su amigo. Después de pasar por el momento bar, las lagrimas y esas cosas normales decidieron, con las horas que eran, salir de fiesta. ¿Un nuevo local? Podría ser una buena idea. Allí entraba B. y todos sus amigos... el panorama era lamentable. A, en esos momentos pensaba lo mismo. Vio a entrar a B. y pensó "Este chico parece diferente". A. siempre fue muy lanzado, así que fue usando sus técnicas de ataque que se sabía al dedillo, como si hubiera aprendido un manual. B. siempre había sido muy tímido para eso, pero ya había bebido bastante y estaba en un punto de esos que no se enteraba de nada y se dejaba llevar.

A. le dejó un mensaje en una post it diciéndole "Sí, intento ligar contigo". B. sonrió de forma vergonzosa, pero A. supo como llevarle a su terreno. De la forma más tonta le sacó de allí. Acabaron en una tienda de bocadillos cercanas, de estas que abren toda la noche. La charla se volvió filosófica, sobre música, sobre la vida, la muerte, los sentimientos... B. parecía bastante poco consciente en ese momento, pero de repente se vio metido en un taxi camino de casa de A. Al llegar le dio la sensación de que aquello no era una casa y parecía una habitación de hotel, con grandes ventanales, y un póster enorme de Lost In Translation que estaba sobre la cama de matrimonio que tenía en un lateral.


A los pocos minutos estaban sobre la cama, jugando, disfrutando. Sabían que aquella noche sería especial, lo notaban sin decir muchas palabras. Desnudos sobre la cama, besándose, abrazándose, y disfrutándose de todas las maneras posibles. Una ducha conjunta llena de abrazos, de risas... y finalmente quedarse uno encima del otro. A. se durmió a toda rapidez encima del cuerpo de B. que se quedó mirando por la gran ventana como amanecía.

Al rato B. se levantó de la cama, en silencio dio un beso en la frente a A. mirándole con ternura. Dejó una nota sobre la mesilla "Gracias por esta noche. No podremos volver a vernos. Has sido adorable".

B. cumpliría su palabra, nunca volvería a aparecer en la vida de A. A., que era un ligón, se quedo bastante noqueado. Le habían dado en su punto débil, tantas noches disfrutando de hombres de usar y tirar, y ahora de repente alguien entraba más allá de ese corazón protegido y desaparecía.

A. pasó varias noches sin saber que había pasado yendo a buscarle al bar donde se conocieron. Pensaba que quizás sería otro de esos chicos que simplemente pasaban por la cama y desaparecían, pero no podía creerlo. No, B. no era así, lo sabía. Se había vuelto un experto en conocer a los hombres, y no era así. ¿Quién de esa manera te deja un mensaje antes de irte? ¿Por qué se despedía si podían verse cualquiera noche saliendo de fiesta?


Lo que muy pocos sabían es que B. no aparecería nunca más en la vida de A... ni en la de nadie más. La misma mañana que B. abandonó la casa de A. saltó desde las alturas de un edificio abandonado que había en la zona. B. era experto en solucionar los problemas de los demás, pero no dejaba que nadie solucionara los suyos.

A., sin saber lo que le había pasado a B., se repetía cada día como un mantra: "Él no es así". En la radio sonaba una canción: "Como la luz del baño que se enciende en plena noche y algún vecino insomne que tal vez también esté pensando el alguien... también esté pensando en alguien...". Y lloraba impotente mientras miraba por el ventanal. Veía al mundo girar sin preocuparse por saber donde estaba B., mientras que él no podía quitárselo de su pensamiento.

Hay personas que nos marcan en una sola noche y nos acompañan el resto de nuestras vidas.

3 comentarios:

  1. Que pecha de llorar más tonta... <3 <3 <3 Más bonico!!!!!!

    ResponderEliminar
  2. wow! joder con la problemas de B.! ¿cuales serían?
    A mi hay personas que me han marcado con una mirada
    ;-)

    ResponderEliminar
  3. Me has echo llorar otra vez! estoy enganchada a tus relatos!!! precioso!

    ResponderEliminar