22 de julio de 2014

'Intocable' | Hablemos de AMOR, pero del de verdad


"La música que no se baila, no es música para mí"

Intocable (Olivier Nakache, 2011) es un sugerente título para una película necesaria. Nos han vendido en muchas ocasiones que no debemos fiarnos de nadie, que la sociedad está llena de gente que no es capaz de ser generosa. Todo el mundo mira hacía sí mismo, llena de prejuicios...

...pero, quizás, no puede ser que ¿Algunas personas necesiten esa oportunidad de sentirse útiles, necesarios, y no unos apartados sociales? En esta película francesa, una de las más populares en los últimos años, nos encontramos con dos personas que parece que no estaban destinadas a encontrarse: Un parapléjico millonario, Philippe (François Cluzet) y un inmigrante de un barrio marginal recién salido de la cárcel, Driss (Omar Sy). Parece que ninguno de los dos está hecho para el otro, pero la espontaneidad de Driss llama la atención de Philippe.



La relación entre los dos se vuelve el ejemplo en el que, en ocasiones, es necesario que alguien te ponga a prueba, te rete, y en el fondo lo que realmente haga es conseguir hacerte sentir esa utilidad que el resto del mundo te ha estado negando. Todo ello acompañado por una banda sonora que mezcla música clásica, con ritmos bailables de Earth, Wind & Fire o el estilo de Nina Simone.

Aunque, creo, que todo va mucho más allá de eso. Intocable habla del AMOR, del de verdad, de entre dos personas. No importa su orientación sexual, no importa su raza, no importa que no sea esa persona que nunca imaginaríamos que tenemos al lado. Lo que realmente importa es que esa importa decide estar a nuestro lado... y, cuando crees que ya no está, sólo estaba escondida buscando en la forma de conseguir que esta vida que tenemos sea mucho mejor.

Y quién no llore en la escena final con una bonita sensación de felicidad, lo siento, no tiene sentimientos. Alguien me dijo que ésta era una película que te daba ganas de vivir al terminar de verla. Así que, vivan.

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