14 de julio de 2018

> MGMT < Mejorando como el buen vino en sus directos


Recuerdo hace muchos, muchos años en el mismo lugar, La Riviera, un concierto de MGMT cuando acababan de publicar su segundo disco, Congratulations, que daba un giro de tuerca a su debut, Oracular Spectacular, con una colección de canciones sin la búsqueda de hits. Lo recuerdo con sensación de falta de actitud, que había calidad y temas, pero estaba todo apagado... Casí ocho años después MGMT volvía a este lugar para la fiesta de presentación del Mad Cool Festival, la WarmUpParty (Que suena mucho más guay) que se anunció hace unas pocas semanas y con tan sólo 500 entradas a la venta. Era el momento de descubrir como había evolucionado el directo del grupo.


Antes de su salida al escenario un DJ, Andrew Monarchy -o sea la mitad del grupo Monarchy, gracias a Ricardo Jiménez por el chivatazo que me ha dado-, mezclaba canciones todas con un aire disco que aunque no conociera buena parta de ellas a mí me tenían entretenido... Según el festival la apertura de puertas era a las 20:30h y el concierto empezaría apróximadamente a las 21:30h. Pues bien, hasta pasadas las 22:30h. por allí no saldrían los MGMT por lo que he leído en alguna otra crónica, un problema en las pruebas de sonido.


El grupo, formado por Andrew VanWyngarden y Ben Goldwasser, hacia su aparición acompañados de varios miembros más que completaban su directo y con los que nos quedó claro que estos MGMT no son los mismos que vimos hace ocho años y que los grupos evolucionan.

Más miembros en el escenario y una puesta en escena con columnas griegas, plantas y cuatro pantallas donde aparecían todo tipo de proyecciones que acompañaban en perfecta sincronía con las canciones que sonaron. Abrieron con Weekend Wars - de su primer disco- para dejar claro que no reniegan de su pasado y del éxito de aquel Oracular Espectacular. Saltaron al presente para tocar Little Dark Age, que da nombre a su último disco, y que demuestra que este disco es un buen regreso tras cinco años de silencio desde su disco homónimo, MGMT, que data de 2013. Así siguieron con When You Die y She Works Out Too Much a modo de triada del nuevo disco. No hay nada mejor para un grupo que decide tomar sus propios tiempos sin importar todo lo externo, siempre y cuando sea para bien del propio grupo.


Llegamos a un gran momento que fue en el que sonó el Time to Pretend, las pantallas mostraban a un reno corriendo en una especie de videojuego recogiendo corazones, estrellas y símbolos de Twitter, como cargándose de energía. Fue uno de los grandes momentos del concierto. La canción se ha convertido en todo un clásico y así quedaba claro con la entrega de la gente coreando frases como "Forget about our mothers and our friends, We were fated to pretend". Decadencia bailable. Regresamos al último disco con James, una pieza que en directo sonaba muy bailable más que en el disco. De Congratulations sólo rescataron Flash Delirium para el setlist de este concierto que parece que se ha comprendido mejor con el paso de los años, y con un directo muy bailable. TSLAMP, del último disco, es pura elegancia, clase, estilo y la confirmación que a Little Dark Age hay que darle varias escuchas para descubrir que han vuelto a encontrar su sonido.


La recta final, antes de los bises, se componía de otro clasicazo como es Electric Feel donde la gente volvió a darlo todo ¿Vivimos en una época de nostalgia absoluta? Podría haber sido si la siguiente canción no hubiera sido Me and Michael, su último single y una de las canciones que pasa a ser una de sus clásicas... La locura colectiva llegó con Kids, su hit, que alargaron con una especie de intermedio electrónico para después retomar la canción.

Ahora quedaba la duda ¿Qué iba a ir a parar a los bises? Aquí es cuando el grupo pareció hacerse un homenaje a aquel anterior concierto porque decidió coger dos canciones relajadas y tranquilas como
Of Moons, Birds & Monsters - del primer disco- y Hand It Over -la que cierra el último-. Así igual que vinieron se fueron, con un mejor directo, una nula conexión con el público al que sólo decían unos "Thank you".


El concierto de MGMT me demostró que la evolución ha sido buena, por desgracia el público era una mezcla bastante extraña. Había seguidores de MGMT, algunos, pero sobre todo había mucho guiri borracho con ganas de liarla... un buen concierto que no llegó a ser desastre pero estuvo a las puertas porque parecía que la gente lo que venía era a beber como cosacos (con lo barato que es todo en La Riviera) con lo barato que se puede hacer fuera.


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