No será de esos discos que, quizás, para los traslados en el día a día con el ajetreo, pero sí para esas tardes que en vez de coger el transporte público decides caminar, recorrer lugares de la ciudad que desconocías o, simplemente, ver ese atardecer desde ese lugar de la ciudad que tiene su encanto.
The Inevitable End (2014) suena, como su propio nombre indica, a finales, pero es que, como creo que habré dicho muchas veces, esos finales son nuevos principios. El final de un día, es el comienzo de otro, el final de un trabajo, es un futuro por llegar...
El viaje musical va desde temas que podrían sonar en la discoteca pero, a su vez, nos encontramos con otros temas que nos abracen, o quizás nos enfrenten, con la vida. El juego de la mezcla de canciones encaja como un cubo de Rubik que está perfectamente terminado.
De esta forma, The Inevitable End, se convierte en uno de los pocos discos de este año que consiguen funcionar. Cada canción tiene su sitio en el disco. Algunas de ellas ya son conocidas, como Running the Sea, que nos impactó el año pasado, o la colaboración con Robyn en las reversionadas para la ocasión Do It Again y Monument,
De estados bailables, a otros más relajados, con canciones que provocan y mueven sentimientos, zarandean como si fuera una trituradora.
Más que recomendable. Envolvente como una ola que te cubre en medio de la playa. Cuando salgas de ella no sabes bien como encontrarte y reaccionar, quizás te haga falta unos días para poder entender que esto es un final inevitable, déjate llevar por él.
De nuevo, una recomendación de Alex Pler. Me lo definió como un disco que "Le sienta genial a este tiempo. Es para abrazarse a uno mismo, o para polvos con cariño otoñal"
El viaje musical va desde temas que podrían sonar en la discoteca pero, a su vez, nos encontramos con otros temas que nos abracen, o quizás nos enfrenten, con la vida. El juego de la mezcla de canciones encaja como un cubo de Rubik que está perfectamente terminado.
De esta forma, The Inevitable End, se convierte en uno de los pocos discos de este año que consiguen funcionar. Cada canción tiene su sitio en el disco. Algunas de ellas ya son conocidas, como Running the Sea, que nos impactó el año pasado, o la colaboración con Robyn en las reversionadas para la ocasión Do It Again y Monument,
De estados bailables, a otros más relajados, con canciones que provocan y mueven sentimientos, zarandean como si fuera una trituradora.
Más que recomendable. Envolvente como una ola que te cubre en medio de la playa. Cuando salgas de ella no sabes bien como encontrarte y reaccionar, quizás te haga falta unos días para poder entender que esto es un final inevitable, déjate llevar por él.
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De nuevo, una recomendación de Alex Pler. Me lo definió como un disco que "Le sienta genial a este tiempo. Es para abrazarse a uno mismo, o para polvos con cariño otoñal"
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