Porque el Contempopránea es mucho más que un festival: es viajar hasta Alburquerque, buscarle una banda sonora para ir en el coche, las paradas a tomar unos refrigerios, reencontrarte con la plaza del pueblo, beberte un algo allí, ver a los amigos que no ves el resto del año, la fiesta de bienvenida, los conciertos, las congas que se forman, los que se van pronto a dormir y los que lo hacen con el after, todos desayunando de nuevo en la plaza, la piscina, la sensación absoluta de paz y tranquilidad dándote unos baños, los conciertos que se montan, leer la Cuore, volver a la casa a cambiarte, ser madrugador e ir al primer concierto de la noche o ser de los que van a los siguientes, subir y bajar, ver a uno de tus grupos favoritas, seguir encontrándote con gente, bailar, bailar mucho más, corear como si no hubiera un mañana, seguir bailando, ver el atardecer, ver a chicos guapos, las risas, quedarte hasta las mil o irte pronto a dormir, volver a levantarte a desayunar, más piscina, dar una vuelta por el pueblo, ir de visitas a las casas de los amigos, sexo estival, amores veraniegos, comentar las jugadas del día anterior... más conciertos, más cantar dándolo todo, más cantantes entremezclados con el público, hacer las maletas, decir adiós, dar abrazos, volver agotado a casa pero muy feliz de esos momentos vividos. Todo eso, y mucho más, es el Contempopránea.
Larga vida a vosotros ¡¡
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