3 de abril de 2019

[ La Gran Esfera ] La Casa Azul y el refugio de los problemas


La Gran Esfera (Elefant Records, 2019) es uno de esos discos que uno, con el paso de los años, piensa que nunca acabarán saliendo. Acaba imaginando que serán una serie de maquetas que están por el estudio de Milkyway esperando ver la luz muchos años después casi como una rareza. Afortunadamente entre dramas, mucho trabajo, conflictos de pareja y problemas oculares, La Casa Azul ha lanzado el que es su quinto disco de estudio en veinte años. ¿Los fans lo querrán o lo odiarán por esta tardanza? Pasen y lean los siguientes párrafos.



El ser fan de alguien es duro a veces para el propio seguidor... pero otras tantas para el propio cantante. Así en la entrevista que le hicieron en la RockDelux dejó claro que él ya venía preparado para las reacciones de los fans ante esta tardanza. Ocho años son muchos años, sobre todo cuando en varias ocasiones casi parecía que ese disco estaba acabado. Realmente fue así, la primera versión estaba hecha en el 2013 pero llegaron los problemas de la vida que hicieron que se tuviera que retrasar. Al retrasarse el sentido del disco se perdía. Así que el disco se hizo, rehizo y se volvió a hacer. Así que supongo que bastante harto del disco, de la gente preguntando, tomó el camino del medio: Coger algunas de las canciones que ya estaban en aquella época y juntarlas con algunas más modernas que complementaban con la estética de éstas. Así llegaba La Gran Esfera, un disco que [sin contar el primer disco, el mini CD del Sonido Efervescente; con ocho canciones] es el más corto de todos que tienen 13 cortes.

La Gran Esfera era un concepto que se explicaba en la gira aquella que inició en 2017, una intro nos hablaba sobre ese lugar donde uno estaba a gusto pero que no sabía hasta que cierto punto eso era algo positivo. ¿Una esfera donde sólo entra una persona? ¿A quién se puede dejar pasar? A esto último veremos que tendrá una explicación cuando uno termina el disco... Empecemos por el principio, Podría ser peor. Una frase que resulta parecida a la de "Si no fuera esto sería cualquier otra cosa" de un personaje de Elizabethtown: Va a haber problemas por doquier pero siempre podría ser peor. Tras ver los directos, es una de las canciones que más están conectando con el público.


El final del amor eterno me produce una nostalgia y tristeza abrumadora. Supongo que las imágenes de Juanma Carrillo en el videoclip proyectan mucho más allá, una relación de amor de todo tipo, la autoestima, la perdida, la enfermedad... la complejidad absoluta que parece terminar con una sonrisa que se te atraganta de una forma tan directa que duele. Uno de sus nuevos himnos más potentes y donde, aunque existe esa parte bailable, lo hace con una melodía que quiere incidir en determinadas emociones. Saltamos a Ataraxia. Recuperemos el significado: Estado de ánimo que se caracteriza por la tranquilidad y la total ausencia de deseos o temores. Fue su primer acercamiento trapero en una canción aunque al modo de La Casa Azul, con mucho pop. Sensualidad, sexualidad y jugueteo que el videoclip, también de Juanma Carrillo, que transportaba a un mundo sexual que simplemente fluía con naturalidad.

Siguiendo el camino de la Esfera llegamos El Colapso Gravitacional que parece recoger una de esas canciones de la primera etapa de composición que se encuentran en el disco. Esos pianos, esos sintes, las subidas y bajadas... pero es que esto es algo que siempre nos ha gustado del proyecto de La Casa Azul. Hace algunas innovaciones pero siguen siendo una canción pegadiza, directas con ese poso de negativismo y de explosión. Uno de los hits de La Casa Azul desde su publicación ha sido El Momento, coreada, cantable y que quizás es uno de los temas más sinceros llegando a mencionar a su propia hija (Nico) en una de las estrofas. Todo el disco torna sobre una relación de pareja que se encuentra en crisis por lo que es una apertura absoluta del corazón. Toda una declaración de intenciones.

La búsqueda de la libertad, de desapegarse de aquellas personas que son bloqueos en nuestras vidas y de la búsqueda de alas que nos lleven lejos. Esa es Nunca Nadie Pudo Volar que también fue muy bien recibida por el público. Le acompañó un vídeo de Daniel Cuenca que creo que transformó muy bien el mensaje de la canción y lo llevó hasta un himno perfecto del Orgullo LGTBI+. Después pasamos de nuevo al trap sensual de Ivy Mike, nombre de la primera bomba de hidrógeno que fue detonada a las 7:15 del 1 de noviembre de 1952. Una versión más 2019 de lo que fue en su día el Hawaii Bombai de Mecano de los años 80, con ese toque tropical, la sensualidad y su estilo.


De nuevo llegamos a canciones que suenan más clásicas como Hasta perder el control Saturno (Todo Vuela) que realmente, aunque las hayamos escuchado en algunos directos, suenan como si siempre hubieran estado siempre entre nosotros. A canción clásico made in Guille Milkyway. El final es Gran Esfera, una nueva rendición como hiciera con la Niña más hermosa de la Polinesia Meridional. Nos deja el mensaje de si es necesario abrir esa esfera en la que nos hemos metido a otras personas o si debemos dejarla cerrada para seguir flotando en ella sin más compañía que la nuestra donde estamos en un equilibrio emocional... por el momento.

Con esta canción llega el final de la trilogía empezada por La Revolución Sexual, seguido por La Polinesia Meridional y rematado por La Gran Esfera. Una gran esfera que Guille Milkyway ha dejado claro en cada entrevista que ha realizado que para él, casi, ya es algo pasado, aunque tiene canciones que aún le quedan recorrido para ser grandes clásicos e himnos. 10 canciones. 10 himnos. No ha perdido su toque. En breve llegarán nuevos singles, nuevas canciones y savía nueva. La Casa Azul vuelve a ser su motor de vida.


Continuará...

Fotografías y portada La Gran Esfera: Lluís Domingo

1 comentario:

  1. Me encanta esta entrada porque es muy ajustada a lo que yo pienso del disco. Chato, parece que me lees la mente. Será que todos los fans de Guille viven dentro de la misma esfera??

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