11 de abril de 2015

Javiera Mena | ¿Estamos ante el fiestón del año?


Cuando uno va a un concierto de Javiera Mena sabe dos cosas:
1. Va a ver a un montón de gente conocida
2. Se va a cantar las canciones, y bailarlas.

Lo que no sabíamos en realidad era lo que nos íbamos a encontrar:
No es que hubiera gente conocida, es que estaba medio Madrid, y parte de población de fuera de la ciudad, concentrada en el Ochoymedio esperando a descubrir como sonaban en directo las canciones de su último disco, Otra Era (2014).


Para abrir veda estaba BFlecha, chica viguesa que supimos que era ella porque venía anunciado en el evento. No dijo ni una sola palabra al público y se dedicó a enlazar uno a uno sus temas que iban pasando por una especie de acompañamiento hasta la llegada de Javiera, entrelazando temas que tenían amagos de música de baile, con un toque más tranquilo, todo muy ambiental.


Javiera Mena salía al escenario a eso de las diez y media de la noche con una sala con buen aforo y lo hacía con una capa. Entonces alguien dijo "Mira, parece Madonna. Esperemos que no se caiga". Al poco rato salieron sus bailarinas también con capas y, como si se tratase de una secta, parecía que harían algún rito de iniciación. Aquello comenzó igual que su último disco, con Los Olores de tu Alma y desde ese momento fue un non stop de canciones. Descubrimos al quitarse la capa que bien podría ser Loreen, la cantante sueca que ganó Eurovision hace unos años.

Después hubo un momento de "Esto de las gafas es muy de Lady Gaga" cuando comenzó con Otra Era, y toda la puesta en escena nos recordó a Pet Shop Boys: bailarines, proyecciones y buenas canciones.

Pero si algo personal tiene Javiera Mena son sus canciones. Se reconocen sus hits, incluso aquellos que todavía no teníamos muy escuchados. Se hizo casi completo Otra Era, consiguiendo llevar al directo con gran éxito, enlazando uno tras otro, pero rescatando algunos de los temas más exitosos de su anterior disco, Mena, como fueron Luz de piedra de luna o El Amanecer, que fueron coreadas con muchas ganas. Sólo hubo un momento de descanso cuando tocó al piano Quédate un ratito más, pero enseguida enfiló con Espada y nos volvió a hacer bailar como descosidos: coreos con espadas lasers a lo Star Wars y coreos divertidas para mientras gritar como locos eso de "Quiero que tu espada me atraviese solamente a mí".


El éxito de Javiera Mena es que te pone a bailar desde el minuto 1 con unas canciones enlazadas metiendo más sintes y con un aire más techno. También estaban, sus bailarinas, Les Filles Föllen, que hacen unas coreografías que pueden pasar por un momentos como si estuviéramos en un fiestón de fin de curso, y después haciendo piruetas dignas de las Olimpiadas. Sólo sabes que hay momentos que sin darte cuenta quieres imitarlas en sus pases, aunque en la sala no hubiera mucho espacio para ello y parecieras que estabas en un ensayo multitudinario del Guiness en bailes electrolatinos. Todo un buen trabajo que conseguía animar al público de una forma espectacular.

Sus hits sonaron mucho antes de lo esperado, La Joya fue casi uno de los primeros, y no se reservaron para el final del concierto. Como aparición especial tuvimos a El Guincho en el escenario cantando con ella La Carretera, canción que es dueto en el disco y que nos dejó tarareando "al ritmo de mi amor, al ritmo de amor". Sorprendentemente su última canción fue una versión de Ritmo de la noche... tras ella llegarían los bises con dos temas más:

Sí, llegaba mi momento: Otra Fuerza, es EL hit del disco para mí. La presentó hablando de la fuerza de la música que nos lleva a otros lugares. Me recordó a una frase muy burra, aunque realista, que me dijeron esta semana. Sonreí y bailé dándolo todo, hasta emocionarme "Tú puedes ver que esa fuerza está aquí, me lleva, me hace sentir..." 

Todo terminaba con la versión que hizo en su primer disco de Yo no te pido la luna. Una canción reconocible por todos los presentes, ya fueran seguidores de Javiera o fueran amigos que acompañaban a otros, novios que se dejaban llevar o amantes lapa. Todo es posible con el poder de Javiera Mena: que estemos de acuerdo en que haya dado un conciertazo y nos hayamos transportado a un verano lleno de felicidad.


Javiera estuvo cercana con el público, entregada y divertida. Salimos sonriendo y diciendo, al igual que nos pasaba con los conciertos de La Casa Azul, ¿No hará otro concierto mañana? ¿Por qué no vuelve la semana que viene?

¿El concierto que más he bailado? Casi que a la par de alguno de We Are Standard, ¿Qué si convirtió el mes de abril en un fiestón de verano? De eso estoy seguro. ¡Javiera hazte un second round para darnos más y más! ¡Queremos más!

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