28 de marzo de 2019

[ 10 años desde la primera Confesión tirado en la pista de baile ]


Hace diez años daba comienzo Confesiones tirado en la pista de baile en este mismo lugar. Lo hacía con una crónica nocturna, bastante encríptca, donde nos encontrábamos ante una Fieshhhhhhhhta futurista en aquel antiguo Ochoymedio que se ha reconvertido en el almacén del Zara junto a la Gran Vía.

Allí estaba Niño Fixo poniendo canciones. En mi estado de haberme tomado unos aguas con misterio, voy con valor a pedirle una canción. La elegida es el Paso de ti de Ellos. Él se viene arriba y con micro en mano se pone a cantarla como si no hubiera un mañana.




Una mezcla de modernos con gente de la calle que llegamos a una hora temprana, borracha tras haber hecho botellón en la calle -o en alguna casa cercana-. Nosotros mismos montábamos el espectáculo haciendo coreografías improvisadas. Tuve complejo de Kate Winslet con la versión bakala del My heart will go on de Celine Dion. Aunque lo única que tenía en común con Kate en aquel momento era que estaba engordando.

La gente me daba miedo por entonces -ahora ya sólo es odio- y muchos de ellos van vestidos de extrafalarías maneras con las estrellitas que le falta cantar Aquella estrella de allá..., ejem, no daré más pistas, pero un chico con barbas haciendo de Gisela tan fina y frágil ella como que no pega mucho. El mismo que parece Gisela te agarra y te lleva de la mano cual novíio celoso de que hables con otro hombre lejos de allí, ¿para que? para lanzarse a la mesa de mezcla donde está la cantante de un conocido grupo indie pop que gestiona la sala. Esta acción se hizo varias noches en varias ocasiones.


Así era un lugar única donde podrías escuchar una remezcla de Pop de La Oreja de Van Gogh, junto con el Chicle Cosmos de La Casa Azul y una particular versión que hacen los Pitufos del Yo quiero bailar de Sonia & Selena. Te subes, ya en las últimas, a la tarima, como para bailar rollo agarrado para esa copla o te contoneas al ritmo de una canción que no recuerdas.

Cuando uno no recuerda lo mejor es coger la cámara de fotos, encenderla (que hace ese sonido tan a lo Windows) y ver lo que hay, aunque esta vez algunas mejor casi que no verlas, aunque te das cuenta que aún cuando el alcohol ha subido a tu cerebro puedes hacer fotos bien enfocadas y encuadradas, aunque siempre me han gustado las borrosas y las hago aposta así, como la vida, borrosas.


Así fue esa noche que sucedió un día de marzo de 2009. Al día siguiente estaba escribiendo, sin ninguna pretensión, este lugar bajo el nombre de Confesiones tirado en la pista de baile. Diez años después aquí seguimos con menos noches de fiesta, más música, más vídeos, y más emociones por las canciones como el disco de versiones de La Oreja de Van Gogh: Dile al Pop con el que celebraba este evento y los 20 años del lanzamiento del Dile al Sol con el que debutaba el grupo donostierra. 

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