Lleva tres años haciendo música, sacando singles non stop pero ha sido justo este año, además coincidiendo con el día de mi cumpleaños, en el que ha salido su primer larga duración. Si os gusta la música electrónica, y queréis savia nueva, es el momento de conocer a Kovu One con el disco One (Records Group, 2025). Curioso que es una persona que llevo siguiendo años en Instagram, sabía que hacía música y, por cosas de la vida, no ha sido hasta ahora que me he puesto a escucharle.
Tras Kovu One se encuentra Javier Rodríguez, nacido en Benidorm pero viviendo en Granada, que me ha contado el motivo de ese seudónimo "El nombre de kovu siempre ha estado ligado a mi, significa cicatriz en suajili Mi perro adoptó ese nombre y lo compartimos Y One porque hace referencia a algo único como yo, mi música, mi estilo". La elección de un nombre para un proyecto es fundamental, sino que se lo digan a la productora audiovisual NYSU que sí, proviene de Ni su (...) madre le conoce. Ahora se divierten mucho explicando el motivo del nombre que se pusieron cuando eras adolescentes.
En este caso a Kovu One le ha pillado a una edad más adulta. Fue en 2022, cuando hizo un curso de producción musical en Granada, que comenzó a hacer canciones. Tres años después ha decidido sacar este primer disco. El primer tema con el que debutaba tiene el nombre de Fast Pass (Moonlife Records, 2022).
One es su primer LP que recoge 8 canciones completamente nuevas, y eso que ya este año había lanzado varios singles, con una pretensión: las ganas de poner a bailar y de llevarte a universos diferentes. El tema con el que se abre, One, llevando también el nombre del disco, es una invitación absoluta a estar sentado en algún sofá de una discoteca y levantar el culo para empezar a moverse. Algo que va a seguir siendo como la marca de todo el álbum aunque en Rain Down donde ya juega con una voz femenina que se une a todo el resto de los elementos. Llegamos a New Day, canción de esas de sonar de madrugada, regresando de fiesta, con un calentón estupendo y en buena compañía. Preludio de un amanecer de desenfreno y pasión. Con un curioso nombre como Three Little Pigs and the Big Bad Wolf comprobamos lo que parece ser contar el cuento bajo una base electrónica.
Le pregunté por su forma de componer: "A la hora de componer no tengo un método fijo, a veces creo q partir de una melodía, otras haciendo una buena base rítmica Voy fluyendo, sin una dirección concreta, hasta tener los cimientos del edificio. Una vez tengo los cimientos y una estructura sólida, ya continuo con detalles, arreglos, voces, etc". Entre las influencias menciona a The Chemical Brothers, The Hacker, Gesaffelstein o The Prodigy entre otros
No Turning Back me lleva más al dance house de los 90, sobre todo en lo que eran llamada las "cantaditas", mientras que Get on Board nos transporta a un tren que no es lo que parece, donde la fiesta, la desnudez y el disfrute se entremezclan. Llegando hacia el final con Home, que realmente parece el recorrido al volver a casa, y como cierre Genocide que, pese a su nombre, parece ser una oda bailable. Quizás una ironía absoluta que mientras hay un genocidio el resto del mundo sigue con sus vidas.
Así suena, e interpreto a mi manera, este álbum debut. Mientras que Javier a la pregunta de que es lo que le trasmite la música y que le hace sentir me respondió: "La música me hace sentir bien. Me transporta a lugares y momentos en los que he estado, en los que me gustaría estar. La música es sueño, sensaciones, olores, recuerdos. Cómo buen melómano que soy, mi sueño siempre fue poder transmitir sensaciones, recuerdos, diversión, nostalgia a través de la música, así que poder hacer sentir esas sensaciones a alguien a través de ella, siempre ha sido un sueño"
Un sueño que se ha hecho realidad donde el gusto, los detalles y la transmisión de emociones están presentes.



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