12 de agosto de 2011

CPOP 2011 | Episodio IV | Cerca de las olas gigantes


Señoras que usan los plátanos como almohadas

Vamos a por el segundo día de festival. Esta vez el llegar al amanecer provocó que fuera un poco más costoso el poder dormir, así que mucho mucho mucho no digamos que dormimos.

El despertar vino cuando escuchamos a alguien que le decía la hora a otra persona por las afueras y alguien desde una tienda replicó pidiendo que se lo pidieron. ¿Hola?. Esto acompañado de los globos de la decoración cumpleañera que seguía explotando nos despertaron del todo.


La piscina volvía a ser caldo de cultivo de marujeos sobre la noche anterior -es que este año estaba mucha gente activa, ya me entendeis (guiño, guiño)-, así como de descanso, porque a más rato estabas sobre la toalla más querías quedarte en ella. Los ratos de baños se convertía en tiempo de hacer deporte acuático [ver minuto 1.08 de este video], juegos chorras o simplemente pasar un rato viendo a la gente de la zona. Todo ello acompañado de ese platano de Megaafonia que alguien se quedó y que valía perfectamente como apoyo cual almohada.

La cafeteria del lugar era otro punto de encuentro (Ays que buenos esos bocadillos mañaneros, eso de saludar a los que se habían subido al escenario la noche anterior cuales fans para rodearles), así además continuar con el coloquio.

Nos pasamos allí el día hasta que nos fuimos con esa preciosa melodia que suena cuando van a cerrar la piscina. Si, esa que parece que va a llegar una explosión nuclear y que nos llaman para los refugios, muy agradable la sirena. Era la hora de irse a cambiar para tranquilamente ir tirando hacía el centro del pueblo, charlar con las amigas en su preciosa [a la par que util] casa con terraza, y salir corriendo para llegar a los conciertos que queríamos ver.

Ellos. Entre lo íntimo y el baile al ritmo del pop cabroncete.

 
De nuevo la puntualidad nos jugó una mala pasada. Queríamos llegar a Ellos, y llegamos justo cuando a lo largo del pasillo de los puestos sonaba Esto no es un adios, la canción que abría el repertorio del concierto. Venían con la formación electrónica más banda dando un concierto de los más bailable del festival. Desde Lo nuestro, aparte de una parte importante de los temas de su último disco, hasta los rescates de Diferentes, Cuélgalo, El Anillo o Lo dejas o lo tomas. Para mi el gran hit de su actuación que hicieron fue una nueva versión de Cerca, mucho más bakala bailable pero con toda la esencia, a la par que las cuerdas, de la canción.

Uno de los momentos del festival. La versión de Huesos, fue la que realizaron -dedicada, también, a Pedro San Martín de La Buena Vida fallecido hace unos meses en accidente de coche-. Teniendo en cuenta que las versiones nunca ha sido lo suyo el resultado fue un tema muy potente y bien versionado. Guille cruza la pasarela, grabar la canción y publicarla. Estamos con vosotros. Ya ha avisado por su blog, donde usa parte de las fotos de un servidor, que con lo que ha gustado puede que la toque más veces.

Junto a Delafé y las flores azules el día anterior fueron dos de los conciertos más animados del festival. No lo digo yo, sino que se veía reflejado también en buena parte del público.


La Bien Querida. Labienque para los amigos.

Tras el baile de Ellos nos sentimos de repente huérfanos de bailar para darlo todo. Así fue. Aunque no soy demasiado seguidor de La Bien Querida, no hay que negarla que tiene mucho estilo en el escenario, con un sonido cuasi perfecto, así como algunos temas que me gustan, De momento abril y 9.6. De esta última no sé como no siguen haciendo la versión dance y la cambia a rock en los conciertos. Presentaba su segundo disco, Fiesta, que aunque no es que sea una fiesta, está entretenido.

Era el único grupo del que no se sabía que versión se haría: fue elegida una de La Buena Vida en colaboración con Guille Mostaza y dedicada también a Pedro San Martín. Un bonito doble homenaje que se marcó. Eso si: Que alguien le avisa que esos mechones rubios en ese pelo que parecía una peluca NO le quedan nada bien.


Sexy Sadie, ¿Quién dijo que los 90 no molaron?

Seguía los conciertos para llegar con uno de los clásicos noventeros, que estuvieron bien entrados el siglo XXI: Sexy Sadie. Tenían tantas buenas canciones para poder hacer que iban bajo seguro, incluso con esa versión de los Depeche Mode, See you, que se marcaron.

Lleno de hits clásicos, porque por suerte han decidido no hacer canciones nuevas. Alguno dirá que desgracia, pero la suerte es que las canciones a los que nos gusta el grupo nos las sabemos si o si, no hay más vuelta de hoja. Desde el I won't hurt you, Someone like you o ya fuera de tiempo -único grupo que se hizo unos bises- el In the water -su primer gran éxito- que dejó a todos los seguidores del grupo tan contentos.

¿Seguirán tras esta gira de conciertos?. Por lo que parece no hay planes de futuro, pero quien sabe: estas reuniones pueden dar sorpresas bastante agradables. Sino que se lo digan a los Take That, que quien les ha visto y quien les ve.


El Columpio Asesino. Al fondo en el centro. Detrás el set de sonido.

El Columpio Asesino nos vimos en la obligación de coger la ladera y sentarnos a descansar. El último día del festival conlleva un agotamiento que algunos no podemos llevar. Suenan muy distorsionados, aunque nadie duda que su single Toro -acompañado de clip por Virgili Jubero- es por si solo muy potente.


Dënver. Entre el chunda chunda y las baladas.

Dënver cerraban las actuaciones musicales. La parte más bailonga se hizo muy divertida, bailamos. Comenzando con Primer Oro, sonando también Olas Gigantes y una versión de Deja de bailar de Alaska y Dinarama. Igual de bailable que parte de sus temas del último disco: Música, gramática, gimnasia.

A ellos se les veía muy animados pese a la hora, la cual fue quizás un grave error por parte de la organización. Así tras unos cuantos temas bailables pasada ya las cuatro de la mañana Mariana dijo:"Y ahora vienen algunas lentas".
 
Ese fue el mantra para que una amiga y yo que estábamos al borde del agotamiento decidiéramos cortar la banda que indicaba que el festival, en lo que la parte musical se refiere, había terminado. Nos quedamos con las ganas de escuchar Los Adolescentes o Lo que quieras.
Iniciamos así nuestro ritual de camino al camping por última vez. No fue culpa de Dënver, sino del mal horario en el que estaban colocados y el cansancio acumulado, porque el grupo es bastante interesante.

Fuimos acompañados por el camino por una pareja cuasi suicida por la carretera, pero poco más movimiento vimos.


Próximo episodio: Esto no es un adios, es un hasta el año que viene

2 comentarios:

  1. Muy mal haberte perdido a Los Ginkas!!!! Y a Shining Crane que daban verguenza ajena!

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  2. Lo sé, a Los Ginkas y a los Band à Part el día anterior, es lo que tiene que fuéramos en plan no estrés... Me autoflagelos, ¡AUCH!

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