"La tristeza es lo fácil, es rendirse, yo prefiero bailar"
(Claire en Elizabethtown)
Te levantas por la mañana. Levantas la persiana. El sol ha empezado a salir. Coges los cascos. Te subes encima de la cama. Entonces comienza todo. Lo sabes que en ese mismo instante estás empezando a cambiar el día que ni siquiera has dejado a empezar. Tu cama comienza a convertirse en un gran escenario. Comienzas a hacer posturas imposibles, giros, y sacas un micro imaginario. El cuarto ya no es el cuarto, ni siquiera cuando salgas de allí será lo mismo.
Recoges todo rápido. A la ducha. Pones la radio, consigues sintonizar esa canción que tanto te da subidón. La ducha se ha reconvertido. Lo das todo, como si fuera un podium de la discoteca lleno de chulazos medio desnudos con los que juguetear.
Sales de casa. Comienza la canción. Casi sales corriendo para llegar a la puerta que da a la calle justo cuando comienza esa nota. Miras al frente. Sólo te falta saludar. Empiezas a andar por la calle con el sol pegándote de frente. El metro va hasta arriba, pero no importa. Llega ese tema que viene a salvarte. Esas personas que te aplastan no son más que los perfectos compañeros de coreo grupal. Cierras los ojos. No hay empujones. No hay problemas.
Sigues andando hasta la oficina. Aumentas el ritmo. Casi vas corriendo, esquivando a compañeros, que se han convertido en una especie de monstruos en tu imaginación. Has conseguido llegar a salvo. El tiempo se te hace largo. No hay problema. Miras el reloj. Golpeas el boli. Llega la ahora. Todos se suben a las mesas ¡Es viernes! Los papeles vuelan por los aires.
Regresas. Llegas a casa. No hay nadie. Es tu oportunidad. Te quedas en calzoncillos. Apartas los muebles que te puedan molestar. Das al play. Ya tienes la pasarela, el decorado. Tu momento en el que la imaginación se libera por completo.
Si un día me encontráis en la calle, con mis pensamientos perdidos, dadme un pequeño toque en el hombro y uniros a mi mundo. Aunque el gran momento será mi boda musical, eso si que quedará marcado en una página de la historia...
Si un día me encontráis en la calle, con mis pensamientos perdidos, dadme un pequeño toque en el hombro y uniros a mi mundo. Aunque el gran momento será mi boda musical, eso si que quedará marcado en una página de la historia...
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