12 de noviembre de 2010

La luz de la mañana se enfrenta a las trompetas de la muerte


Todo ha comenzado con una llamada que ha comenzado a tatarearme un rap improvisado imitando a Delafé y las flores azules, que ha quedado muy apañado con estilo propio aunque no tuviera nada que ver.

Ha continuado con una espera en la calle hasta que ha pasado el hombre de mi vida, y después ha llegado mi compañia para el concierto. Unas cañitas, con sus tapas de olivas y patatuelas, antes de ir hacía la sala donde el grupo antes mencionado actuaba en la ciudad.


El lleno absoluto era previsible, son uno de esos grupos que quien ve uno una vez en directo repite cada vez que tiene ocasión: buen rollismo, magia, encanto... conceptos que comparten por ejemplo con Pastora, los cuales están a punto de estrenar disco -y gira- Un viaje en Noria se llamará. Aunque quizás con un concepto más optimista, giro de tuerca y búsqueda de los pequeños detalles de la vida. La escena catalana da muy buen material y estos son dos buenos estandartes, sino nos ponemos más indies y mencionamos a Guille Milkyway o Dorian, entre otros.


El concierto comenzó casi un cuarto de hora más tarde de lo previsto, con la sala hasta arriba, y consiguiendo saludar a algún amigo de amigo en la lejania y tras costoso sistema de identificación. Delafé y las flores azules en contraste a la época con Facto, se han multiplicado en el escenario, han pasado de ser tres personas y todo con bases pregrabadas, a ser siete con una mayor música en directo y más electrónico todo en conjunto.


Al grupo, le acompañaban unas proyecciones la mar de bonitas que están al fondo del escenario y que van compaginadas con las canciones, incluso con sus momentos casi karaoke. Siguen presentado, el grupo de Óscar y Helena, Vs las trompetas de la muerte (Warner Music Spain, 2010). Comienzan con la preciosa Hoy y acaban con La Fuerza y las manos de los asistentes por los cielos. Pero entre medias se desgranan los temas más interesantes de sus tres albums: la potencia de La Juani, el estilo del steady running de Espíritu Santo -donde Helena ha conseguido hacerlo perfectamente-, han incorporado al repertorio Éramos en versión Drama Veis remix -que es uno de los bonus track por la compra de Itunes- que al alguno no le convenció, aunque a mi me parece que es una versión más trance que otra cosa, superada de revoluciones. Espíritu de relajación con Mar el poder del mar, trasportándonos hasta Barcelona o cualquier ciudad con costa donde perderse una noche templada como esta de otoño.

 
Hemos vivido un momento ensayo prevío a La Primavera para tararear, y una buena parte del público -los que estamos en lugares con algo de espacio- se ha hecho la sencilla pero divertida coreo de 1984, de la cual han dicho, a saber si en broma o en serio, que quieren hacer un video para el verano convertirla en todo un éxito.  Más temas del último album como Funcionarios ausentes, Mejor o Como loco.Y por supuesto mucha fiesta, juerga y tonteria con El Indio, uno de sus clásicos. La simpatia y complicidad de Helena y Óscar son contagiados con sus movimientos en el escenario, que se complementa con esos trompetas de la muerte que se unen perfectamente a la fiesta, así como la corista-guitarrista, el bateria y Dani Acedo que ahora es el tercer elemento como tal del grupo.


Antes de seguir he de poner un pero al concierto: el aforo completo y una sala como Joy Eslava da que hay zonas donde uno no puede moverse en exceso y para este grupo hace falta espacio. Seguro que esta noche de viernes en la Copera la gente podrá bailar mucho más. Mis otras dos veces han sido en lugares abiertos -el Contempopranea 2008 y el Día de Europa esta primavera-. ¡Hace falta espacio para poder dejarse llevar del todo!. Eso si, el pero lleva consigo algo positivo: el sonido era mucho más compacto y la banda sigue mejorando cada día más en los directos.


Entre el público pompas de jabón que han terminado saliendo desde el escenario, como el confeti, algún momento con parasoles a lo japo... Llegaba el momento de decir adiós, pero no era así, porque regresaron con los clásicos bises. Se reservaron tres o cuatro temas según se vea: comenzando con Río por no llorar, con un Oscar transformado en una especie de súper héroe o de luchador mexicano. Tras quitarse el traje -que dijo que pesaba cinco kilos- llegaba Enero en la playa, otra bonita canción del grupo que acababa con seguida/entremezclada con Sólo palabras/Poquito a poco, con ese momento especial donde todo el mundo cierra los ojos para sonreír. Aquello acababa con un falsete a lo Bee Gees y convirtiendo la Joy Eslava en una especie de discoteca -con bola de discoteca incluida- por unos minutos.


Hasta acabar con un fogonazo digno de una luz de la mañana al entrar a lo grande por la ventana de ese cuarto donde dormimos, abrazados real o metafóricamente, a esa persona que nos salva cada mañana al despertar... Gracias por salvarme una vez más.


Entrevisté a Delafé y las flores azules, de la mano de Helena Miquel, hace unos meses.
Podeís leerlo o recordarla aquí.

Agradecimiento a Èric por el regalo de la entrada.

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