1 de julio de 2018

> Witness: The Tour < Katy Perry convirtió el Palau San Jordi en su propio Disneylandia


Yo no quería ir. Bueno si quería ir.. Realmente quise ir cuando Dani, del grupo Dorama, me enseñó unos vídeos de la tourné que se estaba haciendo por medio Europa siguiendo el Witness: The Tour, la gira con la que Katy Perry presenta el disco del mismo nombre que no ha funcionado tan bien como se esperaba pero no ha sido el horror que parecía. Pero tras ver los vídeos fue un "Voy a comprar las entradas para Barcelona". Porque Katy se monta un espectáculo y el jueves convirtió el Palau San Jordi de Barcelona en su propio Disneylandia.

Hailee Steinfeld diciendo adiós en el Palau, encantada de la vida.

Si leéis habitualmente Confesiones tirado en la pista de baile sabéis que me encantan las comparaciones con Disneylandia. Son el concepto de algo grandioso. Así que Katy Perry hace suyo este concepto del universo de Mickey Mouse para meternos en su particular mundo. Eso sí, antes que llegara Katy hacia acto de presencia la artista invitada, Hailee Steinfeld. Ella llegaba puntual nivel inglés. Tanto que mientras llegábamos a las instalaciones del Palau ya se escuchaba su música... Fuera, y dentro en todos lados. Hicimos parada para coger bebida e ir al baño y, especialmente, en el baño se escuchaba rollo musicón de discoteca. Todo chunda chunda que rebotaba en las paredes. Desde las alturas se podía ver el escenario con esa gran pasarela que toda diva del pop le encanta tener y que permite acercarse a buena parte del público.

El ojo que todo lo ve aunque esté apagado

Una vez ya meados y con bebida en la mano, nos fuimos a la pista. Por suerte no había demasiado mogollón con lo que cogimos una buena posición para ver el espectáculo. A Hailee la han debido de decir que ella no se puede mover del escenario principal porque no se paseó por la pasarela que se encontraba en mitad del Palau San Jordi. Esta chica tiene temazos y mantuvo animado al público presente acompañado por varios bailarines.

Muy simpática con la gente a la que pedía que colaboraran y lo hacía encantados. Tiene publicado temazos como Most Girls, Love Myself -incluido en su primer EP- o Let me go. La verdad es que es una sorpresa porque en ocasiones los artistas invitados son un poco... mehh. Esta gira ya había contado en otros tramos con Noah Cyrus, Carly Rae Jepsen (¿Qué anda haciendo tras el pelotazo de Cut the feeling del año pasado?) o Tove Styrke (Que tiene un pelotazo llamado Call my name). Hailee dio un concierto de algo más de media hora de concierto. Adiós, Gracias Barcelona. Llega la espera para ver a Katy.

El ojo que todo lo ve. Ahora si que está encendido.

Parte de su equipo salió al escenario a dejarlo ultralimpio. Parecía que no querían dejar ni un resto de Hailee. Aunque con todo lo que iba a pasar en un rato lo entendimos perfectamente. Al poco rato la pantalla del fondo, que era con forma de ojo, proyectó un ojo gigante que iba mirando a diversos lugares del Palau como si estuviera observando. Katy se hizo un poco de rogar, un cuarto de hora más tarde de la hora prevista comenzaba el ESPECTÁCULO.

El ojo parece una máquina del tiempo, una cabina gigante de Doctor Who que nos lleva a todos

Digo ESPECTÁCULO porque eso es lo que hizo. Afortunadamente no había vivido giras anteriores de la Perry por lo que no me pasó como los que vivieron la de Prismatic que dicen que era mejor. Claro que si era mejor que ésta, ¿Qué es lo que hizo? ¿Bajo a saludar al público uno a uno? ¿Se cantó todas las canciones dos veces? Compro el argumento que Witness es un disco más flojo que Prism y que a mí me faltó el Walking on air como vivir pero aseguro que la cara que tenía viendo el concierto era de la más absoluta felicidad.

Claro, me he ido a ver un poco de Prism y se nota que había otros elementos diferentes. Digamos que allí todavía no tenía momentos tan serios como en la era actual, ha sido un progreso. Aunque Witness juega más con los elementos del artwork del disco con ojos como protagonistas y el look más pop que estaría más en la línea del Chained to the Rhythm.

Hola soy Kylie Minogue. No, ¡Es broma! ¡Soy Katy Perry!

El comienzo del show es un viaje por el espacio, al más puro rollo Star Tours, donde viajamos hasta un planeta que hace que ella salga al escenario de una especie de estrella en la que está cantando Witness. Llega al escenario, cual diva. La estrella se ilumina, nuestras caras de emoción aunque la canción ni nos viene ni nos va.

Empieza el espectáculo de los cambios.

Ahora salen unos dados gigantes, unos bailarines desde el foso, WTF? Lo hacen para cantar Roulette, otro de los temas del último disco como la anterior. Pero no importa, uno no puede dejar de mirar todo lo que sucede en el escenario y las proyecciones de las pantallas gigantes que son hipnotizantes.

Yo voy a ser rey león... aunque aún no es momento del Roar

En seguida llega una retalia de hits para dar y tomar. Comenzamos al ritmo de Dark Horse, que lo hace subida a una serie de plataformas acompañado de bailarinas con un fondo en plan El Rey León pero en vez de naranja, en rojo con las que sigue una serie de coreografías. Las plataformas suben y bajan, te viene a la mente alguna actuación en directo de Madonna donde juega con una estructura similar. Ella aprende de las mejores.

Chained to the Rythm o como Katy criticó a la sociedad con todas las de la ley

Sorprendentemente Chained to the Rythm, pasado el tiempo, se ha convertido en uno de los hits clásicos de Katy. En su actuación vemos como se abre el ojo gigante -venga, que podéis jugar con los dobles sentidos- como si fuera una especie de central nuclear y aparecen unos televisores andantes, rollo circo y las bailarinas -porque son todos mujeres, excepto dos hombres que hacen alguna aparición en ciertos números- también con sus cascos pantallas. Una canción reivindicativa con uno de los mejores vídeos del año pasado. Se hace una versión extendida con un final acelerado para dar paso al cambio de acto. Uno de los momentos de la noche para cantar, bailar y exorcizar.


Colorido, animación, como si hubiéramos vuelto a alguna gira anterior

Pasamos a la sección "teenager" de espíritu y alma. Parece que el alma de los Pet Shop Boys más noventeros o el look de la Kylie ochentera de Kiss Me Once Tour la invaden cuando comienza con Teenage Dream. Todo el look muy luminoso, colores vivos y ella anunciando las canciones en un led sobre su pecho. Se sube a una especie de tabla que la eleva con sus bailarinas por el aire. Claro está que Katy no sufre de vértigo porque cada concierto sería una prueba de superación. Esta versión de la canción que hace en la gira es genial, aunque por desgracia en todos los casos no será así. 



Esta sección casi que tiene prisa por hacerla. Cuando termina esa versión chula del Teenage Dreams se enlaza con Hot'n Cold a la que, desgraciadamente, quita toda la parte bailable para meterle un rollo más rockera. Se pone en modo Madonna tocando la guitarra en Ray of Light en la gira de Confessions... pero lo compensa con plataformas que se mueven, con dos flamencos para entonces olvidarte de la versión y te dejas llevar cantando la canción. 

A Fangoria le gusta lo de la geometría. Ya sabéis (Guiño, guiño)

Así enseguida enlaza con Last Friday Night que se vuelve una extensión de la anterior aunque ya abandonando la guitarra. Curiosamente ésta como la anterior que podrían haber sido dos de las grandes explosiones del concierto son más los visuales que las versiones que se realizan. Lo que seguimos sin poder evitar es seguir fascinados con todo el espectáculo y el "¿Y ahora qué va a venir?".


La aparición estelar del tiburón que se equivoca en la Super Bowl

California Gurls es la siguiente. Sigue con unos visuales muy potentes y hace acto de aparición el famoso tiburón que se equivocaba de pasos en la actuación de la Super Bowl... quizás esta parte es la que se hace más aburrida no por el tiburón, si no por la extensión que hacen del uso del mismo en lo que podría ser un interludio para que Katy descanse unos minutos. Alguien tira un sujetador y ella se lo pone al tiburón casi como si le encajara perfectamente. Eso fue gracioso. Después sacan un piano en plan Big, guiño noventero, con el que juegan a ver quien lo hace mejor.



¡Se están comiendo a la Katy! ¡Qué alguien la salve!

Esta sección termina con I Kissed a Girl en una versión más bailable noventera, un labio gigante, un ojo que la mira y al final acaba siendo comida por el labio. O sea, más surrealista no podía ser. Un momento de canibalismo para el show más "serio" de Katy. Aseguro que nuestra cara era la de unos niños viendo por primera vez la cabalgata de los Reyes Magos o unos maricones viendo por primera vez la del Orgullo.

Momento intenso dramático absoluto.

Aunque la seriedad venía en el interludio hasta la siguiente sección, la más oscura de todas, donde la vemos caer y caer en una especie de infinito en un espacio de color rosa. Parece estar atrapada. Hay un interludio donde la vemos caer, caer y seguir cayendo como si estuviera atrapada en algún sitio hasta que llega a una zona de pétalos donde acaba reposando. 

Una rosa es una rosa de Mecano, Rosas de La Oreja de Van Gogh... Homenajes encubiertos

Una serie de rosas aparecen en el pasillo, por donde ella desfila infinidad de veces y nos permite verla desde relativamente cerca sin haber hecho cola. Así llegan dos canciones de WitnessDeja Vu donde ella sale de unas rosas y desfila posando, mirando, como si fuera una especie de bosque mágico. La canción gana en el directo donde ella le pone muchas ganas.

El bailarín de Pole dance aseguro que estaba cuadrado que daba gusto

Otro número bonito es el que hace en Tsunami donde juega con un bailarín de pole dance en varias rosas creando una bonita coreografía. Hay un momento que digo "Espera porque su cabeza está iluminada" y es que su gorra, muy escudo del Capitán América, lleva unas luces dentro ¡Cague en la leche! ¡Esta mujer es maravillosa!. Entonces pasamos del buen rollo al momento más darkness del concierto cuando sale una especie de bicho zancudo que persigue a Katy mientras canta E.T.. Ahora las flores del pantallón del fondo son oscuras, negras... y así seguirá en Bon Appetit que termina en plan "Uys que ya acaba la canción. Uys que no" hasta que se la acaba comiendo una planta carnivora. La planta carnívora, como buena parte de los elementos que se ven en el concierto, son una especie de globos gigantes que se hinchan lo que ha hecho que alguien diga que esta gira "es muy de los chinos" a lo que me pregunto. Si con cosas de los "chinos" ha hecho esto... 

Momento de "Los ojos se me están poniendo borrosos"

Nuevo cambio de sección para llegar a una más emocional. Planetas bajan desde las alturas y ella se sube en Saturno para cantar Wide Awake mientras sobrevuela las cabezas de los que se encuentra en pista. Bonito, sí, precioso también. Emocionante, sí. Además todas las luces de los móviles del Palau se encendieron haciendo que fuera una especie de fondo de estrellas que acompañaba al momento. ¿Alguien ha dicho lágrimas? Nadie ha dicho lágrimas.

Un ángel, ¡UN ÁNGEL!

Después vendría el momento en el que cantaría un tema que no ha hecho en ningún otro concierto. Una cover. Y la cover es del One of us de Joan Osborne (Vosotros no lo recordaréis pero yo la tengo asociada a un momento de Vanilla Sky -el remake americano de Abre los Ojos- donde Tom Cruise la canta medio inconsciente en una camilla) que es que a mí me emociona mucho. Entre medias hay un momento en el que sube a alguien del público porque, Oh, ha bajado una estrella fugaz desde el cielo y Katy quiere que alguien pida un deseo. Debe de tener una vista prodigiosa, un pinganillo o un monitor porque baja a una niña y su padre de la grada. La afortunada es Sofía de Tarragona y demuestra que tiene buen inglés. Venga Katy, tú sigue así. Para cerrar el set canta Power subida a un altillo con unas alas de ángel*. Ohhhhh.

Part of me en versión 8-Bits es maravillosamente hiper bailable

Otra parada para llegar a la parte ochentera, llena de pixeles, a toda velocidad. En esta sección ha desaparecido una actuación en la que salía en moto cantando el Hey Hey Hey pero por lo que he visto mejor porque da bajona. La misma a la que suena Part of me, llena de sonidos, guiños y efectos ochenteros, reconvirtiendo la canción pero sin perder el concepto de himno. Le acompañan las bailarinas vestidas con plumas con un toque japonés. Yo sigo bailando todo feliz, como llevo haciendo la mayor parte del concierto. Por suerte al no haber mucha gente podemos movernos con libertad y eso me hace muy feliz. 

¿Una partidita?

Estamos llegando a la recta final del concierto. Ahí es cuando me encuentra que una canción que no me gustaba, como Swish Swish, en su directo creo que gana enteros. No sólo por el momento canasta de baloncesto y ella encestándose a si misma. El tema gana enteros sonando en un estadio, potencia y ganas. La canción tiene mucho más impetú resonando allí que en el disco donde se me hace sosa y aburrida. Una pena que hayan quitado de aquí el interludio en el que sacaban a un padre a jugar a baloncesto retándose con Katy Perry a lanzamiento de canastas.

Los tigres hacen acto de aparición en Roar

Así que nos lo bailamos igual. Las bailarinas salen con pelotas de baloncesto... Seguimos para premio, canta Roar, sale una cabeza de león de fondo, ella canta, se lo bailan. La gente se lo canta mucho. No es que el público no lo hubiera estado hasta ahora, ni mucho menos. Es como cuando ya sabes que estás llegando al final y el impulso es mucho mayor. Ya estás a punto.


Ella se va para volver y dar el remate final al concierto. Nosotros ya no podíamos estar más emocionados con tantos cambios, subidas, bajadas, los vestuarios (y los cambios de los micros). Subida a un péndulo gigante canta Pendulum para llegar hasta la parte delantera de la pasarela donde baja y, en una mano gigante que representa a su propia mano. Lo entenderéis viendo la siguiente foto:


Aquí ya viene la apoteosis final cuando canta Firework. En ese momento ya no sabía si reír o llorar. Si bailar o gritar. O todo a la vez. Sale confeti -por enésima vez, lleva varios tipos guardados-, fuegos artificiales en el escenario y todo el mundo canta, baila, ríe, llora, disfruta y se viene arriba.

KATY TE QUEREMOS

Se encienden las luces, los amigos nos abrazamos. Veo a la gente limpiarse las lágrimas mientras la pista se vacía. El equipo de Katy ya empieza a recoger el tinglado a toda velocidad. Lo hemos flipado, ha sido sorpresa tras sorpresa y como regalo final fue comentarlo con Lyona, a la que conocí en persona a la salida del concierto. Igual de impresionada que yo. Es que es todo too much. Un subidón absoluto.



Witness The Tour es el concierto al que si no has ido, te da igual no haberlo hecho. Si has ido, no te lo hubieras querido perder. Así es ella, Katy Perry que te coge un montón de elementos


Fotografías de apertura y cierre: Web oficial de Katy Perry

-o-

*Bonus Track: Sólo he estado dos veces en el Palau, la anterior fue en el 2011 viendo a Kylie Minogue en la gira de Les Folies que fue mi otro concierto-espectáculo favorito. Sobre ángeles, ella acabó sobrevolando al público en un ángel negro. Porque Kylie sabe lo que dar a los gays y Katy, aún siendo el día del Orgullo, tampoco le puso mucho empeño al tema.

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