Texto escrito por E. @elcraneoroto
Hace mucho no me emocionaba una canción de Tiziano Ferro. Como saben, es mi crush de la adolescencia pero sus últimos dos discos no lograron calar en mí como lo hiciesen 111 y Nadie está solo. Ahora, con Casi es otra historia.
Yo le perdí la pista a Tiziano, incluso después de que saliera del clóset. No sé. Mi fascinación por su arte se fue aplacando poco a poco. A finales del año pasado sacó Il mestiere della vita y ni siquiera lo terminé de escuchar. No llegué a Quasi Quasi.
Ahora que ha sacado la versión hispana del disco, El oficio de la vida, me encuentro con una canción titulada Casi que me habla directo a las vísceras. Es un dueto con una cantante española que no conocía: Silvina Magari. La canción —que originalmente aparece en un álbum de Magari— habla sobre ese estado catatónico en el que nos atamos a una espera. Y todo lo que eso trae consigo.
Cada estrofa refiere a las labores más simples que hacemos a diario (bañarse, vestirse, desayunar, trabajar, fumar…) y de lo imposible que se vuelve realizarlas cuando estamos esperando un regreso.
No he parado de escucharla desde que sonó en el carro, hace unos días de vuelta a casa. Busqué la versión en italiano y sonreí cuando en lugar de “una peli francesa”, Tiziano dice “un film di Almodóvar”.
Casi me volví a enamorar.
Casi - Tiziano Ferro con Silvina Magari
Esta mañana casi me ducho
casi me visto, casi desayuno
casi trabajo, casi no fumo
casi abro las ventanas, casi se va el humo
Te espero, te espero
mi vida, te espero
me siento tan triste
me siento tan solo
parezco el invierno
Casi lleno la cesta, casi hago la cola
casi echo la quiniela, casi saludo a Lola
casi entro en el bar y pido una cerveza
casi, casi no lloro en medio de la calle
y no me tiemblan las piernas
Pero te espero, te espero…
Cien mil veces mi móvil dice que no has llamado
casi, casi sonrío
casi, casi me calmo
y casi otra vez te llamo
Casi me veo entera una peli francesa
casi, casi me gusta
casi, casi me entero
y casi me enseña
Pero te espero, te espero…
Las tres de la mañana, doy vueltas en la cama
casi enciendo la luz
casi voy al espejo
y casi me veo la cara.
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