Hacía ya varias semanas que no jugaba a una Escape Room, así que en este miércoles-lunes-vete-tú-a-saber-que-día-es nos adentramos en una nueva aventura. En esta ocasión nos acercamos a la céntrica El Gran Escape (Calle Encomienda 21, Madrid) donde nos esperaba (además de tres chicos guapos que trabajaban allí, como detalle informativo) un nuevo reto: Big Brother (1984).
Vamos con el argumento: “Ni tus pensamientos están en un lugar seguro! Un agradable recuerdo es suficiente… o una imagen de tus recuerdos, un campo con flores de tus sueños – la policía del pensamiento golpea enseguida…”
Vivimos en tiempos oscuros donde el Big Brother y su organización del terror pueden ver y oír todo lo que pasa en esta sociedad. Pero tenéis la oportunidad de escapar debido a fallos técnicos ocurridos en el sistema de vigilancia por lo que tu y tus acompañantes tenéis 60 minutos para huir de permanente ojo del perverso líder y empezar una nueva vida.
Para tener éxito deberás utilizar todos sus conocimientos , la lógica y las habilidades que tú y tus compañeros tenéis. Podrás obtener un poco de ayuda del mundo exterior del que una vez formaste parte aunque la mejor ayuda vendrá de las personas que te acompañen en esta aventura.
Descubre lo que esconde la habitación 101 y procura no fallar en este intento de escapar ya que de lo contrario quedarás por siempre atrapado en la perturbadora INGSOC vigilada por el del gran hermano porque nunca olvides que “él te está vigilando…”
Así que metidos de lleno en el verdadero Gran Hermano, el programa de televisión nacido en Suecia y que en España tiene el mayor número de ediciones se inspira en parte de esta novela, nos vamos a encontrar con una sala en la que saben bien lo que es aprovechar el espacio. Es una buena sala que, como suele suceder, siempre te acaba sorprendiendo por muchas que hayas jugado anteriormente.
1984 juega con el engaño, el misterio y con múltiples enigmas que, sin desvelar nada de su interior, a tener que comernos mucho el coco para conseguir la misión: Escapar. Buenos enigmas, algunos bastante originales y con una música de fondo (algo que en algunos juegos se echan en falta) para meternos de lleno en la historia.
Nos dicen los responsables que es más complejo jugando dos, aunque finalmente (y con algo de ayuda, el sistema de pistas funciona bastante bien y suelen ayudar en los momentos necesarios para no frustrarse) conseguimos el objetivo tras una intensa partida.
Recomendable para ir en grupos y para todo tipo de jugadores, una sala versátil que gustará a los ya expertos y a los iniciados... Ahora ya estamos deseando probar Heaven & Hell, otra de sus tres salas junto con la de Circus, que son de la segunda generación en la que los candados brillan por su ausencia.
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