7 de diciembre de 2011

La Polinesia Meridional | Apocalipsis bailable


Si algo tiene La Casa Azul es que crea un sentimiento de unión entre sus seguidores que creo que no he visto con otro grupo de música alternativo: Hay un cariño hacía la figura de Guille Milkyway y cada acto que hace que mueve a unas masas de gente bastante curioso.

La semana pasada fue el lanzamiento de su tercer álbum, La Polinesia Meridional (Elefant Records, 2011) que "amenazaba" con una continuidad de La Revolución Sexual pero tal y como contaba en la entrevista que publicaba la semana pasada, dice que es la otra cara de la moneda. Si en La Revolución Sexual hay un optimismo ante el mundo, abundando en los pequeños detalles que hacen que la vida sea importante, ahora se ahoga en lo malo, lo negativo, lo que no se puede cambiar, aboga por el escapismo por medio de la canción.

El disco se abre con Los Chicos hoy Saltarán a la pista una oda acelerada a las noches de fiestas desfasadas donde lo que realmente importa es pasarlo bien, porque el mañana no parece que nos espere todo aquello que nos han ido vendiendo a lo largo de la vida.  Tras el momento de liberación festiva llega un momento para el recuerdo en ¿Que se siente al ser tan joven? habla de ese momento en el que uno es mayor, pero no recuerda la época del descubrimiento, del despertar sexual... cosas que hemos perdido por hacernos mayores [Y es verdad porque hace poco yo cogí mis diarios de esa época y no recordaba todo lo que allí había escrito...] Tras ese momento al pasado llega La fiesta universal, con un comienzo a lo Jackson 5. Guille Milkyway sale imaginariamente en una carroza de un desfile acompañado por un montón de gente bailando junto a él, incluye una melodía que por momentos recuerda a Vacaciones en el mar. Sucumbir es una de esas joyas que con varias escuchas uno se engancha, una letra intensa que sigue el estilo del dolor de la vida cuando parece que las cosas estaban mejorando. Es un abandono en toda regla. Un dejarse llevar. La melodía se contagia en la nostalgia y la tristeza


La Polinesia Meridional nos da un respiro a tanta traya bailable, un bálsamo casi en formato chill out. Lo habíamos escuchado antes de que saliera el disco y no motivaba, pero ahora encaja perfectamente. Es como "Esto os lo tomáis con calma que aún queda buena parte del disco y no vais a poder bailarlo todo de seguido". Colisión Inminente, casi comienza con un suspiro, para enseguida dar la señal de alarma, de coches de policías sonando, pero como abriendo un musical a lo Hairspray, pero hablando de la espiral de autodestrucción, incluyendo momento limbo [Despop dice, con razón que es momento a lo Village People] Terry, Peter y yo esconde una de las canciones más bonitas del disco: todos bailan, disfrutan, cantan, pero en realidad se esconde la tristeza dentro del conjunto. Este es el momento en el que lloramos. Una mañana, nos deja un toque de optimismo, pero del de verdad, incluye un guiño al cambio del disco anterior con "Ya no hay revolución" Entonces ya nos lanzamos irremediablemente a la pista de baile, el final es simplemente grande. 

Todas tus amigas, es una vieja conocida, con nuevos arreglos, sabiendo la perfección de Guille. Es una canción directa y clara: Habla sobre el suicidio, dejando el mensaje que esas personas que parecen tan perfectas, tan felices y estupendas pueden estar podridas por dentro. Basado en hechos reales. Estaría bien que el vídeo de la canción le pusieran esta nueva versión.


Europa Superstar, me recuerda así de primeras al Europe living a celebration de Rosa López, es más llegué a pensar que podría tratarse por el nombre algo relacionado con Eurovision. En realidad es un:  Europa se va a la mierda ¡Y nos vamos con ella! Comienza con un momento muy a Los Ramones, que uno tararea sobre las primeras notas para decir eso de "Hey ho Let's go".  Pasamos a La vida más tranquila. El nombre engaña bastante, te esperas una canción relajada, pero lo que comienza como tal va evolucionando. Tiene momentos hablados que recuerdan mucho a los de Delafé y las flores azules en los momentos en el que él habla. Pero quizás la sorpresa es el dueto con Silvia, su mujer y cantante de Niza (Un poco Ellos en El Regalo, con subidón y diciendo las cosas claras) En este caso es un enfrentamiento a  lo Pimpinela, donde las lágrimas se liberan finalmente.

Sálvese quien pueda, sería una perfecta representante para la Eurovisión del 2012. Un tema con un estribillo que melódicamente me parece brillante y una letra apocalíptica de esas que uno grita como si le fuera la vida en ello. A modo de comparación es como "Señores, el meteorito está a punto de estrellarse... ¡BAILAD HASTA QUE LO HAGA!". La niña más hermosa, pone el fin al disco, con una continuación del tema anterior, dejando un halo de todo ha terminado, el fin ya está aquí. Una tranquilidad donde se produce toda una declaración de amor. El meteorito ya se ha estrellado y todo va a cámara lenta. El fin del mundo está aquí.


Llegados a este punto podemos decir que éste es el disco más triste de La Casa Azul. Una Cara B de lo que fue La Revolución Sexual donde disfrutaba de los momentos de felicidad, de los cambios... ahora ya no lo hace, se deja llevar por el pesimismo, pero jugando al escapismo por medio de las canciones y la imaginación: En ocasiones esas canciones te hacen bailar sonriendo, pero en otras las lágrimas caen irremediablemente.

Este disco debería de ser el que acompañe la fiesta del fin del mundo el próximo 21 de diciembre del 2012. Porque al fin y al cabo estamos jodidos pero bailemos nuestras penas, asumámoslas y esas cosas: Lágrimas, risas, desvario, aceleración y diversión se unen en La Polinesia Meriodional: Y realmente es muy de confesiones tirado en la pista de baile.

Sinceridad bailable. Guille Milkyway vuelve a construir himnos pop para tiempos complicados.

Os dejo con una de las frases más bonitas del disco, digna de Titanic:

"Hoy nos hundiremos, no prepares maletas, 
yo te daré mi calor, ya verás, con todas mis fuerzas"

1 comentario:

  1. Firmo tu crítica palabra por palabra. "Himnos pop para tiempos complicados" es el mejor slogan posible.

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