Raúl Portero es de esas personas que te presenten y enseguida se desnudan hablando de su libro y de su vida. Es escritor y presenta su nueva novela Reykjavík línea 11 (Editoral Egales, 2012), una preciosa historia de amor en tierras islandesas que dejará prendado a todo aquel que considere que en esta vida es necesario también aprender a ganar.
Él desde Terrasa y yo en Madrid hemos charlado sobre el libro, Islandia, los egos, la música y la vida. Tres novelas a sus espaldas, así como la adaptación pendiente de una de ellas al cine.
Tras su presentación en Barcelona, Iruña, Zaragoza y dentro de los Días Nórdicos en Madrid, aún le quedan dos nuevas paradas para contarnos de que va: 10 de enero en Terrasa y el 17 en el FNAC Castellana de Madrid.
Las conversaciones que fluyen son las más interesantes. Disfruten de Raúl y de Reykjavík línea 11 uno de los libros de este año.
Tras su presentación en Barcelona, Iruña, Zaragoza y dentro de los Días Nórdicos en Madrid, aún le quedan dos nuevas paradas para contarnos de que va: 10 de enero en Terrasa y el 17 en el FNAC Castellana de Madrid.
Las conversaciones que fluyen son las más interesantes. Disfruten de Raúl y de Reykjavík línea 11 uno de los libros de este año.
Presentas tercera novela, "Reykjavík línea 11", basada en una ciudad de un país que ha superado una crisis, y tu publicas libro en plena crisis española ¿Casualidad?
Nos dijeron que la crisis eran dos años, pero llevamos cinco. Los gobiernos no aciertan ni en eso, pero ¿por qué habrían de hacerlo? La ciudadanía les importa bien poco, o nada, salvo en períodos electorales. De manera que supongo que sí, que ha sido casualidad; ojalá estuviéramos en otro momento más agradable, tanto política como económicamente
Además el libro, por lo que interpreto, habla un poco sobre la superación de crisis o momentos conflictivos, un aprender a ganar ¿Cómo llegas a la idea de este libro?
Cuando me puse a escribirlo yo estaba un poco hundido, motivos personales. Necesitaba animarme, por un lado, porque estaba rodeado de tristeza. Y por otro lado, necesitaba reconciliarme con mi "yo escritor". Había llegado a la conclusión de que no valía la pena escribir, pero eso era, en cierta forma, ir en contra de mi naturaleza. Yo he escrito desde siempre. Supongo que la idea del libro sale de ahí una vez que llegué a la conclusión de que siempre ganamos algo, y que en realidad lo que estaba pasándome es que estaba aprendiendo cosas nuevas y adoptando una nueva personalidad.
Quizás eso motivó a que haya tres años de diferencia entre tu anterior novela, "La Piel Gruesa" (Editiorial Egales, 2009) y "Reykjavík línea 11", ¿Reykjavík es un buen lugar para reconciliarse con el mundo?
No creo que Reykjavík sea el lugar ideal para reconciliarse con el mundo, se te puede volver en contra muy fácilmente: es muy pequeña, fría y oscura. Es mejor ir cuando ya se está bien, cuando ya te has recuperado. Cuando sientas que has pasado una etapa y necesites pensar sobre ella. Todo va por etapas. Uno va a Islandia a encontrarse con uno mismo quizá, pero no a perderse definitivamente. Entonces sí, es el mejor lugar donde ir. Es EL SITIO.
Si no sabes qué hacer, si estas perdido o deprimido, no deberías ir solo. Si necesitas pensar o empezar de nuevo, entonces sí.
Creo que deberíamos, entonces, mandar a Iker Jiménez para que nos explique la fascinación por esa tierra ¿Qué componente mágico tiene que hace que atraiga tanto?
Cada uno puede encontrar componentes diferentes. Es curioso porque siento tan pequeña ofrezca tantas posibilidades y pueda llegar a la gente de una forma tan profunda. De manera que solo puedo responderte de forma muy subjetiva: a mí me fascina su vida diaria, el trajín que supone estar allí. Es gracioso porque al mismo tiempo no hay mucho que hacer, pero al mismo tiempo es esa sensación de haber pertenecido siempre a una comunidad. Es un poco extraño. Yo veo historias en cada lugar. Y por otro lado soy escritor. Recordemos Islandia es uno de los países con el índice de lectura más altos del mundo y, en proporción, cuenta con una población de escritores muy elevada. No te digo los porcentajes porque me equivocaría, pero la ciudad además fue nombrada Ciudad De La Literatura Por la Unesco.
En cambio, por ejemplo, tengo un buen amigo, de los mejores, que es un apasionado musical. ¿Cómo no le va a gustar Reykjavík, con esa escena musical tan fuerte que tiene? En Reykjavík es muy común que haya conciertos gratis en cualquier lado, da igual el sitio.
Y es quizás todo esto, mezclado, agitado y batido lo que hace que el año que viene te mudes a vivir allí...
No sé si me mudaré finalmente, pero ciertamente es algo que estoy intentando con todas mis fuerzas. He decidido que quiero retomar los estudios, y se me ha metido entre ceja y ceja que debe ser allí. Por lo menos, un tiempecito sí que pasaré.
Para retomar el tema de la novela, ¿Cómo la recomendarías a alguien para regalar estas navidades? Que tiene tu novela de diferente o especial que me haría comprarla y regalarla
Esta es una pregunta con muy mala leche. ¿Cómo la recomendaría? Ciertamente no lo sé, no se me da muy bien vender mis propios libros.
Soy el autor del libro, y podría hablar de ella durante horas. Acabaría por aflorar el ego.
Supongo que para aquellos que sientan curiosidad por Islandia y quieran leer una novela entretenida, pero con fondo, este es en cierta manera un libro por donde empezar.
Desde mi punto de vista creo que da esa magia de Islandia que nadie podéis definir... Es curioso que van tres novelas, cada una de diferente temática, pero con un denominador común: las portadas son de la misma persona ¿A qué se debe este nexo común? ¿Existe alguno más?
Marc es un buen amigo mío que empezó a pintar a raíz de una operación de rodilla, hace ya unos diez años. Una vez expuso en un bar y le compré un cuadro, El Llorón, que después fue la cubierta de La Piel Gruesa. Cuando gané el premio y publiqué mi primera novela pensé en él enseguida porque me parece que sus dibujos tienen mucha fuerza y que hace que los libros se vuelvan un objeto muy bonito. No olvidemos que el libro es, además, un objeto.
Y ahora tu primera novela, "La vida que soñamos", (Editoral Egales, 2008) está en pleno proceso de adaptación a película ¿En que punto está el proyecto?
El proceso de adaptación dura ya unos cuantos años. De momento lo tenemos un poco en stand-by, Álvaro y yo vamos tomando ideas por separado. Yo tenía un guión escrito pero a él no le gustó, y quería hacer algunos cambios. Y a mí tampoco me convencía esa versión. Llegamos a la conclusión de dejar a un lado todo lo que había hecho por mi cuenta a un lado y empezar de cero. Después yo me puse a promocionar el libro y él a escribir un nuevo guión... así que supongo que cuando acabe y él también tenga un hueco nos pondremos en serio a definir los personajes. Es algo que tenemos los dos en mente y un proyecto del que vamos hablando de tanto en tanto. Se trata de encontrar el momento adecuado.
Esa novela también ganó el premio Terenci Moix, ahora con la distancia ¿Qué crees que significó ganar ese premio?
Publicar mi primera novela. Nada más
Nada más y nada menos. Mientras "charlamos" escucho aquella lista de 10 canciones para "Reykjavík línea 11" hace poco estuviste en el Airwaves ¿Hiciste algún descubrimiento musical que podrías incluir en ella?
Sí, y además de la manera más absurda. Una tarde me estaba muriendo de hambre y se me ocurrió ir a Laundromat a comer tarta y café, pero me encontré con un off venue de M-Band, que es un rubiazo muy genial que se marcó una sesión de tecno a las cinco de la tarde que hizo que casi todos acabáramos bailando. No tomé café, por cierto.
Y Rokkurró, que los vi también por casualidad. Por si no lo sabías, este año el Airwaves fue accidentado porque Islandia también sufrió el huracán, aunque de manera muy residual. Pero hubo alerta y todo. Algunas personas acabaron en el hospital.
Yo quería ir a ver el off venue de Of Monsters And Men, pero era justo delante del puerto y no me pareció lo más sensato eso de esperar media hora frente al puerto con un viento de 200 kilómetros por hora. Así que me fui donde estaba Jorge, un amigo, y empezó este grupo. Que me enamoró. Totalmente.
Cómo no sólo de Islandia vive el mundo, has viajado a NY, Seul, Pekin, Shanghai, Helsinki... ¿Cual de todas las ciudades es el perfecto escenario para una novela que aún no has escrito?
En su momento escribí una novela que pasaba en Shanghai. Se llama "La distancia". No la publicaré jamás, me niego rotundamente. Y en "La vida que soñamos" se habla constantemente de Seúl, incluso hay un par de capítulos que ocurren allí. Sí, creo que hacer una novela sobre Seúl sería muy divertido.
Regresamos al presente tangible con "R Línea 11", ya que como bien decías tú no eras capaz de venderte ¿Cómo ha ido la crítica del libro?
La recepción crítica ha sido buena. De hecho hay críticas que apuntan que es el mejor libros de los tres que he escrito; pero también ha sido el libro que mejor ha funcionado a nivel publicitario. Quiero decir, es el libro que más visibilidad ha tenido, mucha más incluso que La vida que soñamos, que iba con premio. Nos recomendaron en Diario de Jaén, hemos salido en la revista de Lucia Etxebarria, presentamos en el Días Nórdicos, hay una entrevista pendiente de publicarse en Revista de Letras...
No me puedo quejar.
Además ya lo has presentado en Madrid y Barcelona, ¿Alguna anécdota curiosa que te hayan sucedido? ¿un fan fatal? ¿Un perturbado con tu foto en carpetas?
Qué va. Bueno, mis presentaciones son un poco extrañas porque a mí no me gusta hablar de libros. O soy incapaz. Es más una reunión entre amigos. Servimos vino, hablamos del libro, claro, pero yo soy una persona muy dispersa y siempre acabo contando cotilleos de mi vida privada. Hay quien no lo soporta... pero de todas vienen. Supongo que así luego pueden ponerme a parir entre su círculo más cercano. Eso es algo que siempre es de agradecer. Uno no es nada sin tener un hater rondando
Pero es que, entiéndeme, plantarse delante de un público a decir lo bien que escribes y lo mal que lo has pasado escribiendo... Pues no. Además, tampoco sirve para nada porque una vez que has editado el libro y se lo ha servido el lector, el libro adquiere una dimensión. Lo que has escrito no es lo que el lector interpreta. El libro deja de ser tuyo. ¿Para qué imponer tus impresiones? Al lector siempre le parecerá algo distinto.
Y además, yo no puedo contar algo sin ir directo a los spoilers. Y eso es algo que mi editora me tiene completamente prohibido contar.
Pasemos de los haters o a los cools y al ego, algo que has hecho antes referencia ¿Es cierto que hay tanto en un escritor? ¿Hasta dónde le puede llevar?
Hay gente completamente absorbida por el ego. Yo, por ejemplo.
El problema es cuando eso te impide pisar el suelo firmemente. Yo escribo libros. Pero también hago mil cosas. Todos tenemos cosas que nos diferencian de los demás. Todos somos especiales.
¡Hasta Ralph de "Los Simpsons" es especial! Fíjate, ese es el mayor ejemplo de que cada uno tenemos nuestro punto especial ¿no?
Yo es que no entiendo esa actitud en los demás. Cada uno tiene sus cosas. Yo no soy mejor que nadie. Escribir no me hace mejor que nadie. No merezco un trato especial, ni tengo por qué creerme especial.
Quien necesita la admiración de los demás, tiene un problema. Yo lo tuve. pagué por ello. Es lo que hay.
¿Qué proyectos hay en el camino de baldosas amarillas que hay delante tuya?
Proyectos personales, ninguno literario. No sé qué voy a escribir en el futuro, ni tampoco me preocupa. Vendrá, sin más. Por lo pronto necesito formarme académicamente, preferiblemente en el extranjero para perfeccionar inglés. Y es lo que voy a hacer.
No puedo acabar sin pedirte que si vamos a Reykjavík, recomiéndanos: un lugar para beber, otro para escuchar música y uno para comer. Además de un rincón especial que sea IMPRESCINDIBLE en la visita
Para beber: Barbara/Bachus. Aunque advierto que acaban de chivarme que el sitio está en venta. Las mejores fiestas me las he pegado allí. Está en laugavegur.
Para escuchar música: Kaffibarinn. La música de Kaffibarinn es sencillamente espectacular. Y además pisas un local imprescindible de Reykjavík.
Para comer: el Kex. Es barato y la comida es muy buena. Y además, el Kex es un oasis.
Kex, un lugar imprescindible en Islandia |
Rincón imprescindible: el Kex, el Kex y ¡el Kex! Para alojarse, para comer, para ir a tomar el café y la tarta de media tarde, para enamorarse con los camareros, para ir a los conciertos de jazz de los martes y los conciertos de los jueves...
Donde está el lavabo. Mejor en inglés.
Acaba a lo grande. Di lo que quieras ¡Nos vemos en Reykjavík!
Voy a lanzar una advertencia a navegantes con ganas de ir a Reykjavík: cuidado con los sábados por la noche. Es probable que acabéis con medio litro de cerveza derramados por encima. Pero forma parte del juego.
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