Stockholm (Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen, 2013) ha sido una de las películas revelaciones de la última temporada que me han recomendado varias, muchas, personas. Creo que con esta película pasó como con Gravity o Her ¡Alerta Hype!, pero afortunadamente, como pasó con las dos anteriores, las personas que me la recomendaron son gente con gustos afines y el hype era justificado.
El juego de la película es engañoso, afortunadamente, desde el título hasta lo que uno cree que va a pasar tras algunas conversaciones en los primeros minutos. Todo ello es debido, quizás, por el cambio de concepto que tuvieron los directores desde su creación hasta el resultado final de Stockholm, creada por medio del crowdfunding que permite realizar algunas películas que, de no ser así, podrían haberse quedado desafortunadamente perdidas en algún lugar. Y menos mal que en este caso no ha sido así.
Nos situamos en una noche cualquiera, una fiesta, un chico conoce a una chica, y quiere ligar con ella. Una premisa muy sencilla para una película que, según comentan los propios directores, tiene de referentes películas como Antes del Atardecer de Richard Linklater, Revolutionary Road de Sam Mendes o After de Alberto Rodríguez, entre otras.
Él es Javier Pereira. Ella es Aura Garrido. Es cuanto menos surrealista que Javier haya ganado este año el Goya a Mejor Actor Revelación cuando lleva años de trayectoría, y el personaje comienza recordando al que tenía en Tu vida en 65 segundos mezclado con el de 8 citas, sin olvidar que fue uno de los numerosos actores que pasaron por la longeva serie de Al Salir de Clase. Aura ha estado en varias series televisivas, como Ángel y Demonio o Crematorio, así como en la divertida película Promoción Fantasma.
Lo que es una noche entre ligoteo de dos personas no es más que una primera parte ¿Acabarán juntos? ¿Tendrán un amanecer en común? ¿Acabarán cada uno en su casa? Quién sabe. Lo mejor es ver la película y descubrir porque ha gustado a una buena parte del público y a los Académicos.
Stockholm reflexiona e ironiza, quizás de una forma más cruda de lo que uno cree tras verla por primera vez. Una noche que podría ser bastante tópica, pero no todo es lo que puede aparentar en un primer momento. Si al finalizar no tenéis una opinión sobre lo que habéis visto, ya sea de un lado, de otro, o estando en contra de otro amigo, es que os hace falta desoxidar vuestro cerebro. Verlo para descubrirlo, es una obligación. Tardáis.
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