"Segundas partes nunca fueron buenas", es una especie de máxima que se utiliza en las películas, es más ayer mismo discutíamos sobre la preparación de la segunda parte de Hedwig and the Angry Inch para el cine. Tiene su sentido: Normalmente las segundas partes se hacen como consecuencia de un éxito, y pocas veces están planeadas desde un comienzo. Nacen de ese éxito, buscando una prolongación del mismo.
The Hole, que llamé el Disneyland underground, es uno de mis espectáculos favoritos. Esto es así, y es muy complicado de superar. Ahora se encuentra de gira por toda España con La Terremoto de Alcorcón, a veces alternado por Álex Forriols o Quequé. El otro día me atreví a ir Teatro de La Latina, custodiado por dos piernas gigantes incrustada, para ver The Hole 2: nuevo teatro, nueva producción, nuevo guionista, nuevo director... aunque un mismo ambiente. Bien podríamos decir que este show es mucho más nuestro, más de revista española del siglo pasado. No todo es nuevo, Alex O'Dogherty y Vinila Von Bismarck siguen al pie del cañón como dos de los protagonistas principales.
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| Vinila Von Bismark junto al Hombre del Smoking Azul |
Espectáculos de magia entre un cachas y un chavalín, música en directo con participación de algunos del público, ¡y aún no ha empezado! Todo muy cercano al público... sobre todo para los que se encuentran en la parte de las Mesas Premium que están dentro de la acción, casi fundamental para disfrutarlo plenamente. Nos situamos tiempo después del primer The Hole, regresamos con el Maestro de Ceremonias (Alex O'Dogherty, que va alternando con Fernando Gil) que ha decidido sentar cabeza y casarse, renegando así de todo lo que había proclamado en el emotivo final de la primera entrega ¿Renegar? Unos amigos suyos tienen un plan para que eso no sea así.
A partir de ese momento de nuevo nos encontramos con espectáculos circense, algo de magia, una banda en directo -una de las grandes novedades-, una estupenda selección musical, mucho juego de cortinas en el escenario, y el ambiente de un Moulin Rouge cañí que sobrevuela sobre todo la obra... aunque en los números finales uno lo acaba descubriendo completamente.
Si hay que reconocer que el éxito lo tienen los actores protagonistas. No puedo dejar de mencionar a María Adamuz, Sergio Blanco, David Blanco, Álvaro Ramírez, Jesús Herrera, Nomi Magic... entre otros. No paran de hacer cosas durante la obra, en el escenario... y fuera de él. Todo con cachondeo, gamberrada, y sentido del espectáculo.
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| ¡Viva el Gato Volador! ¡VIVA! ¡VIVA! ¡VIVA! |
Mucho desnudo, sensualidad, sexualidad, morbo, besos, humor, risas, tocamientos, crítica a la sociedad actual y sorpresas para un espectáculo que, para aquellos que vieran el primero, pierde el elemento de originalidad entendido como un concepto que en España hasta ahora no habíamos visto. Ahora bien, creo que conserva muy bien su esencia, dándole un nuevo giro y teniendo en el contacto con el público una de sus grandes bazas. También el hecho de que toda la compañía, desde los de los cañones de luces, a los camareros y técnicos estén implicados en la acción crea un ambiente de complicidad. Amantes del desfase, de la decadencia, del amor, y sobre todo con ganas de tocarse como animales en celo, estáis tardando en venir a verles. Y si no habéis visto la primera, os diré que sois afortunados de ver algo que os sorprenderá.
La realidad no es que segundas partes nunca fueron buenas, es que tienen muy complicado superar a su original. The Hole 2, o como sería un Moulin Rouge cañí, con más sexo, más mal hablado, menos políticamente correcto, y con una reflexión sobre el amor. Puro disfrute.
-o-
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