La Oreja de Van Gogh | ¡Viva el producto sueco!

Para empezar he de decir que me gusta La Oreja de Van Gogh porque todos tenemos el punto moñas, que ellos mismos han reconocido que tienen cuando se ha presentado este último disco, así como de los dramas cotidianos de muchas de sus letras.

Ahora vamos a lo que vamos. Publican nuevo disco, Cometas por el cielo (Sony Music, 2011), segundo disco con Leire en sus filas (tercero si contamos el disco de las versiones de la época de Amaia).

Comenzaré con quejas opinando sobre la portada, que está realizada por un prestigioso ilustrador Serge Birault , pero a mi no me convence para el grupo donostierra, mientras que si que lo hace la portada del single creada por el mismo autor, ironías de la vida. Para seguir con el clip presentación de La niña que llora en tus fiestas, donde se entremezcla una actuación en una especie de gran garaje con su participación en el juego de Los Sims. Esto... a ver... No. Está genial los contratos publicitarios pero creo que ha roto con lo que podría haber sido un buen video, con una buena canción.

Portada del single, doy a "Me gusta"

Se ha dado la posibilidad de pre comprar una edición especial limitada de 500 copias con contenidos bastante interesantes, como un pase aftershow para uno de los conciertos del grupo en su próxima gira para conocer al grupo tras el concierto. Se agotó en menos de veinticuatro horas.

El gran acierto de este disco ha sido escoger al productor sueco -sueco tenía que ser- Simon Nordberg. Ha trabajado con artistas de la talla de Britney Spears, o el también sueco Eagle-Eye Cherry. Sin duda alguna se nota ese toque que hace de las canciones puedan ser grandes himnos eurovisivos. Hay que recordar que en Suecia se hace un festival, Melodifestivalen, para elegir a la canción que va a Eurovisión que está lleno de hits. Como suele suceder los discos acaban siendo internacionales, por un lado la grabación en Girona, para después acabar en Estocolmo donde fue mezclado, finalmente siendo masterizado en Suecia por Björn Engelman

La niña que llora en tus fiestas abre el disco, lo llevamos escuchando todo el verano. Es un hit en toda regla, perfecto para ir borracho en una fiesta llorando por ese chico que te hace tilín y que se lía con otro. Total, un drama de esos cotidianos que nos pueden suceder habitualmente.

Día cero, es el segundo tema, parece que en algún momento veremos a Leire bajo la bola de discoteca bailando con Cristina Llanos de Dover o Madonna en su época del Confessions. Juega con el mismo estilo que hacía Sola en el disco anterior: fragmentos dances, con otro pop 100%. En realidad el disco digamos que tiene una aceleración mayor que los anteriores, es como si hubieran cogido aquellos experimentos dance -de los cuales siempre metían algún tema en cada disco- para decir "Pues ahora todo este va a ser bailable".

Con el tercer tema, Paloma Blanca, nos relajamos un poco -incluido un ukelele que sobre sale sobre todo en el comienzo y en el final de la canción-. Es una balada del estilo habitual del grupo pero donde se vuelve a notar un sonido bastante más actualizado. La letra es bastante dura haciendo referencia a un bebé que muere al poco de nacer. En algunos momentos parece que va a empezar a sonar uno de los éxitos suyos como es La Playa, ya que la  melodía de la canción nos lo puede recordar.

"Alguien se ha dado cuenta que nos hemos colado en el aeropuerto y no nos han dicho nada"

Cometas por el cielo -canción que da nombre al disco- se queda entre el pop y el baile a partes iguales con mucho romanticismo por enmedio lleno de metáforas. Un transporte a la pista de baile con bastante estilo, que acaba cuasi en plan acústico.

Las noches que no mueren, es de las de pop épico... así, directamente, no sigue el estilo electrónico aunque tiene unos coros con "ohh ohh ohhh" que son bastante pegadizos. A la que le sigue el Tiempo a solas, cuyo comienzo podía dar a entender que iba a sonar Beautiful Day de los U2, pero sigue en el estilo habitual del grupo.

Promesa de primavera vuelve a la aceleración, un tema que parece bastante positivo. Ya que la primavera siempre da buen rollete. Y las promesas ya sabéis que están para cumplirlas. Esta canción va dedicada al terrorismo que sufrimos en nuestro país. El cambio de sonido se hace bastante notable, así como la mano del productor

Un minuto más, comienza con un punteo de guitarra y sigue con una bonita balada, mientras que Mi calle es Nueva York, vuelve a los ritmos rápidos típicos de La Oreja, bastante animado con un recorrido por la ciudad americana.

Mientras quede una palabra por decir, si que es que la típica canción del grupo, pero más típica no puede ser. Aquí ni electrónica ni nada, para los puristas del grupo deberían de estar encantados. Romanticismo en estado puro.

El último tema de cada disco de este grupo siempre es una sorpresa: Esta vez no digas nada, aunque claro con un disco tan bailable no ha habido mucha sorpresa, aunque esconde un mensaje sobre ser auténtico, de verdad, y quitarse las máscaras para hablar de la homosexualidad. Casi que otro tema bastante tradicional dentro del conjunto de los 11 temas.

Quedan algunos temas que irían en la edición especial que aún no se han podido escuchar.

"Con lo bien que quedaríamos en un gran escenario delante de Europa VII"

Así que, si os gusta el grupo os gustará, sino os gusta puede que con este nuevo sonido algún fan nuevo se incorpore. Eso si, como bien decían algunas personas la voz de Leire cada vez se parece más su voz a la de Amaia, o el tratamiento o algo parecido. Ahora bien el cambio al productor sueco les ha dado una nueva vida a las canciones, tras el resto de discos que produjo Nigel Walker [excepto el primero que lo hizo Alejo Stivel].

Lo que si tenemos claro es que, ¡La Oreja de Van Gogh a Eurovision 2012!, pero con una composición del estilo a las de este disco.

[El album se publica el próximo martes 13 de septiembre]