Amatria es de esos grupos que he escuchado de vez en cuando me han gustado pero de repente saltas a otra cosa y sin darte cuenta pasan los años y dices "Pero si a mí me gustan". Ya reseñé en su día alguna de sus canciones y ahora lo hago del que es su nuevo LP, el tercero de su carrera musical, con el luminoso nombre de Algarabia (Vanana Records, 2017). Y no es luminoso en su nombre, también lo es en su portada que parece querer reflejar la felicidad en el cerebro, y en todas las canciones que lo componen.
Todas las canciones de este disco están escritas, producidas e interpretadas por Joni Antequera, o sea "Amatria", pero no sólo eso es que él también se ha hecho el arte del disco. Siempre es algo muy llamativo los diseños y creo que alguien que mima esa parte mima incluso mucho más su música. Así a modo reflexivo.
"Dame en la paz en la discordia", es un mantra que repite Amatria en Discordia, canción que abre el disco y donde se refleja el espíritu de bailar en la lluvia. No nos despegamos del buen rollo (Pero no a lo Mr. Wonderful, eso no) en Encaja donde "Me paro en observar el ritmo de todas las cosas, se paladear el baile de vivir ahora" refiriéndose de alguna forma al Mindfullness de estar en este momento, en este lugar, el aquí y ahora que es lo que existe... ¡y hace aparición su madre "cantando" una frase! y ese momento Carlos Sadness en el que más que cantar parece soltar un speech. El vídeo está dirigido por LaNiebla Films y en él un sexy Amatria lo da todo.
Ambas comparten esos ritmos agradables, susurrantes... pero entonces llegamos al pelotazo discotequero de Animal "Hay más de mil razones para discutir. Si detrás de ese disfraz escondes un reptil" donde se queda bastante a gusto... pero mucho, una forma de llamar a alguien "gilipollas" de una forma sutil pero contundente. Un poco de fe vuelve a regresar para darnos un toque de atención sobre como a veces las cosas no salen bien, vienen mal de dadas pero hay que tener un poco de creencia en uno mismo para poder superarlas "El ganador pierde a veces la partida". Pasando a un poco de pop rock con un punto electrónico con guiños a Daft Punk y a la música de los 70 llegamos a Lobo una de las canciones que más crece a cada escucha.
Siempre que quiera tiene un toque con esa guitarra y el estribillo aflamencao que puede que a otro grupo le quedara fatal pero Amatria parece que sabe lidiar perfectamente en todos los ámbitos y la fusión "No hace falta que te diga que de todas las heridas esta suele ir a peor, pero sólo hay una vida y yo no voy a ser el espectador". El Juego es la balada donde deja claro que hay cosas que uno no van a poder ser pero no hay que centrarnos en ello aunque a veces puede que las fuerzas flaqueen y en La Piedra, ahí con sus palmas folclóricas, nos enseña sobre como no caer dos veces en lo mismo. El Coche Fantasma comienza casi como la popular canción de los 80 La Dolce Vita de Ryan Paris (que posteriormente Soraya Arnelas se encargó en volver a popularizarla en los '00) y casi parece quedarse por ahí alguna nota toda la canción. "Una luz marca arrogante la estela infinita, sólo yo puedo ganar una guerra distinta". Tú que podría ser la canción amorosa y que va poco a poco subiendo, empezando de una forma muy delicada y uniéndose instrumentos a la melodía y a la voz de Amatria, casi como una canción muy chill out. No puedo decir nada más de Lucha de Gigantes que encaja a la perfección con el disco y que es una versión muy respetable de la de Antonio Vegas. El cierre es un instrumental llamado Humanos vs Máquinas donde Amatria se deja llevar, jugar y viajar a un universo muy Fear of Tigers.
Algarabía es una mezcla de ritmos donde hay mucha psicología en su interior, a veces más clara y otras veces más escondida, y mucho amor más que en otros discos de amor al uso: el amor a uno mismo y a su vida. Porque por encima de eso no hay nada más, y esto es una lección de aprendizaje fundamental para un disco necesario, bailen pero escuchen que nos está diciendo mucho.
Todas las canciones de este disco están escritas, producidas e interpretadas por Joni Antequera, o sea "Amatria", pero no sólo eso es que él también se ha hecho el arte del disco. Siempre es algo muy llamativo los diseños y creo que alguien que mima esa parte mima incluso mucho más su música. Así a modo reflexivo.
"Dame en la paz en la discordia", es un mantra que repite Amatria en Discordia, canción que abre el disco y donde se refleja el espíritu de bailar en la lluvia. No nos despegamos del buen rollo (Pero no a lo Mr. Wonderful, eso no) en Encaja donde "Me paro en observar el ritmo de todas las cosas, se paladear el baile de vivir ahora" refiriéndose de alguna forma al Mindfullness de estar en este momento, en este lugar, el aquí y ahora que es lo que existe... ¡y hace aparición su madre "cantando" una frase! y ese momento Carlos Sadness en el que más que cantar parece soltar un speech. El vídeo está dirigido por LaNiebla Films y en él un sexy Amatria lo da todo.
Ambas comparten esos ritmos agradables, susurrantes... pero entonces llegamos al pelotazo discotequero de Animal "Hay más de mil razones para discutir. Si detrás de ese disfraz escondes un reptil" donde se queda bastante a gusto... pero mucho, una forma de llamar a alguien "gilipollas" de una forma sutil pero contundente. Un poco de fe vuelve a regresar para darnos un toque de atención sobre como a veces las cosas no salen bien, vienen mal de dadas pero hay que tener un poco de creencia en uno mismo para poder superarlas "El ganador pierde a veces la partida". Pasando a un poco de pop rock con un punto electrónico con guiños a Daft Punk y a la música de los 70 llegamos a Lobo una de las canciones que más crece a cada escucha.
Siempre que quiera tiene un toque con esa guitarra y el estribillo aflamencao que puede que a otro grupo le quedara fatal pero Amatria parece que sabe lidiar perfectamente en todos los ámbitos y la fusión "No hace falta que te diga que de todas las heridas esta suele ir a peor, pero sólo hay una vida y yo no voy a ser el espectador". El Juego es la balada donde deja claro que hay cosas que uno no van a poder ser pero no hay que centrarnos en ello aunque a veces puede que las fuerzas flaqueen y en La Piedra, ahí con sus palmas folclóricas, nos enseña sobre como no caer dos veces en lo mismo. El Coche Fantasma comienza casi como la popular canción de los 80 La Dolce Vita de Ryan Paris (que posteriormente Soraya Arnelas se encargó en volver a popularizarla en los '00) y casi parece quedarse por ahí alguna nota toda la canción. "Una luz marca arrogante la estela infinita, sólo yo puedo ganar una guerra distinta". Tú que podría ser la canción amorosa y que va poco a poco subiendo, empezando de una forma muy delicada y uniéndose instrumentos a la melodía y a la voz de Amatria, casi como una canción muy chill out. No puedo decir nada más de Lucha de Gigantes que encaja a la perfección con el disco y que es una versión muy respetable de la de Antonio Vegas. El cierre es un instrumental llamado Humanos vs Máquinas donde Amatria se deja llevar, jugar y viajar a un universo muy Fear of Tigers.
Algarabía es una mezcla de ritmos donde hay mucha psicología en su interior, a veces más clara y otras veces más escondida, y mucho amor más que en otros discos de amor al uso: el amor a uno mismo y a su vida. Porque por encima de eso no hay nada más, y esto es una lección de aprendizaje fundamental para un disco necesario, bailen pero escuchen que nos está diciendo mucho.
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