6 de febrero de 2019

[ Gran Atlas ] Ruido Paraíso lleno de claro-oscuro folclore nacional en enclave technopop


Ruido Paraíso me lo descubrieron hace tres años. Era un día de alguna de las fiestas madrileñas. San Isidro para ser exacto. JuanP me dijo que si lo había escuchado. Le dije que no. Lo hice y fue un flechazo. Había encontrado alguien que había sabido recuperar el buen electropop con su disco debut. Han pasado cuatro años desde el lanzamiento de Polifonía (Autoeditado, 2015) y nos llega su segundo álbum: Gran Atlas (Universal Music, 2019), un lugar donde el electropop se entremezcla con el folclore nacional en diversas vertientes y va más allá. Como un Gran Atlas, abriendo puertas cerrando heridas.

El verdadero Gran Atlas que está en el noroeste de África


El disco comienza cual canción de misa. La voz de Aníbal resuena con eco para entonar Lo Siento. A mí me ha venido a la mente a la ¿leyenda? de la Santa Compaña gallega. Como si fuera un desfile de personas en la búsqueda de Aníbal el cual deja claro que no le viene bien morir en este momento... Hay un fino sentido del humor en una segunda capa y realmente es como cuenta esa historia. Musicalmente suena como si los Pet Shop Boys, primera de las referencias al grupo inglés que va en esta entrada, hubieran adaptado una marcha de la semana santa.

Pasamos de una referencia enlazada con la semana santa a una ranchera technopop, como ha definido el propio Aníbal. Milagro comienza con el quejío del cantante, que a mí me lleva a la voz de la Marta Sánchez de los 90, donde hay un estado de ánimo de fuerza que parece resentirse ante una visión. Le acompaña, en modo dueto, la voz de La Bien Querida que le añade aún mayor dramatismo al tono de la canción.

"Doblo la esquina y te encuentro de abrazo sentido,
Doy media vuelta y me marcho por donde he venido"


Bailaré hasta el Amanecer creo que es la canción que más se asemeja a alguna de las de Polifonía. Ese ritmo directo y sin concesión... aún así encontramos un cambio en el uso de la voz. En todo este disco Aníbal usa la modulación para llevar las canciones a otros terrenos menos evidentes que los que había en su disco debut. Una repetición exactamente igual de esta fórmula para el segundo no hubiera funcionado bien. Bailar para quitarse los malos rollos como actitud de vida.

Cara de "Me estáis tocando los huevos mal tocados"

Este disco tuvo un primer proceso de pre producción que se hizo con Arkademode (Miguel Arias) en el estudio de éste en Alcázar de San Juan. Antes ya habían trabajado en la versión de Diferentes de Ellos que hicieron para el disco homenaje del grupo ¿Por qué nos habéis hecho esto? (Autoeditado, 2017). Entre ambos hay tan buena conexión que en sus estudios compuso dos canciones, una de ellas es este Voy a dejarte que coge toda la nostalgia de los sintes ochenteros para llevárselos a su terreno. Una de mis favoritas.

"Yo no te pude querer más y no me puedo entregar más,
Y de rodillas te pedía, ten más cuidado con mi vida"

Llegamos a Tu Corazón es un Puñal que fue el single con el que se presentó Gran Atlas hace unos meses. Al comienzo hay un choque, habiendo escuchado todo lo anterior de Ruido Paraíso, pero enseguida la canción empieza a meterse por tus venas con esa mezcla de folclore con technopop. Así definió uno de los temas, antes de lanzarlo, como "una saeta siniestra con acabados kraftwerianos". Aquí está un drama bailable para llorar en la pista.


Oros vuelve a tener mucho de los Pet Shop Boys sobre todo con ese inicio y los sintes. Después se acaba perdiendo en una amalgama de sonidos caóticos donde se habla de una relación, una relación larga emocional. De ahí todo ese caos que se encuentra, desde los sintes a un piano ¿El piano del Fantasma de la Ópera?. Como cuenta en Mondo Sonoro, donde ha destripado el disco canción por canción, la compuso para una banda que tuvo llamada Tottem. En los coros se encuentra Jesús Almansa que era el cantante de este grupo.

"Y yo no quiero ni mirar, cuando galopen hacia a ti cien mil caballos,
Y yo no quiero verte más, recogerás lo que te has estado ganando
Y ya no saldrá más el sol, si tu presencia pinta en negro todo el alma"


Días sin gravedad es, por mi pasión por el chundi chundi, otra de mis favoritas. Es la segunda canción que compuso en el estudio de Arkademode y va dedicada a una discoteca a la que iba de adolescente. Esta canción me parece curiosa porque bien podría ser de los Pet Shop Boys pero a la vez me la imagino a La Prohibida cantándola (¿Quizás un dueto en un futuro?) por esta temática con un toque futurista.

Cuando Ruido Paraíso parece que ha visto a Dios, ¿Le podríamos ver en La Llamada?

Seguimos con el folclore nacional en Procesión. Aquí lo deja bien claro, muchos sintes, el drama amoroso que hay en su letra -quiero pero no quiero, al final no sé lo que quiero-, y la procesión como una metáfora por el sufrimiento. Personalmente sea para quien sea esa canción, Aníbal, no te quiere... está claro. Hay muchos elementos en ella aunque especialmente me flipa el pasaje instrumental en medio del tema.

"Y antes de que cierre la pista, déjame bailar por última vez
Esa canción infinita, hasta que no me tenga en pie"


Llegando al cierre del disco ¿Qué hay? Más elementos a los Pet Shop Boys aunque con un toque más de aquí. Espadas es una de las canciones más completas de elementos, sonidos que se entremezclan generando una armonía dentro del propio caos que parece reflejarse en su interior. 

Así llegamos al final real del disco con Romería de Difuntos. Podemos decir que termina como empieza pero al mismo tiempo no de la misma forma. Vuelve ese tono de Semana Santa pero aquí aún más realista comenzando con unos tamborileros. La figura de la procesión, el deje absoluto de algunas palabras, la penitencia, el sufrimiento... Todo ello con arreglos que la van convirtiendo en una canción pop. 

"Romería de Difuntos tras los golpes del tambor,
viene muerta mi esperanza y por sus llagas salgo yo"


De fondo se escuchan la voz de Frank Gálvez y Guille Mostaza haciendo coros. Guille ha sido el encargado de realizar la producción final de este disco en su estudio de Álamo Shock. Hay que reconocer que Guille ha ido también evolucionando en la producción de los grupos creando al final que cada uno de ellos tenga su propio sello y aportando ideas fundamentales para llegar a buen término.

Pidiendo al señor que acabe con su sufrimiento 

Gran Atlas, que toma su nombre de una cordillera que recorre el noroeste de África, hace avanzar a Ruido Paraíso pero sin perderse en un sin Dios. Tenemos canciones más technopop que aún así han evolucionado con respecto a Polifonía pero tiene un filón en aquellas que lo entremezcla con el folclore nacional que hay que escuchar varias veces para que calen en tu interior. Ojito a las letras con todo el drama que llevan aunque algunas inciten a bailar como si no hubiera un mañana.

Lo podéis escuchar en Spotify y si queréis comprar la edición física limitada la tenéis en su web oficial a un precio baratísimo en edición vinilo + CD

Fotografías Gran Atlas y promocionales: Ana Teresa Simarro
Maquetación fotografias: Perona

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