[ Follow the City Lights / Dover y su temporada electropop bailable ]

Fui de los que se cantaba de pe' a pa' el Devil Came to Me de Dover. Sea como fuere, a mí el chundi chundi-dance-electrónica siempre me la ha puesto dura: Ese ritmo contagioso que te dan ganas de bailar, liberar endorfinas y entregarte a la causa. Así que el paso del rock al electrónico que hicieron con Follow the City Lights (EMI, 2006) me hizo muy feliz. Vamos a hablar un poco sobre este disco y todo lo que trajo, en el mismo estilo, después.

A finales de 2005 a Amparo Llanos le dio por componer una canción de dance. Realmente era algo curioso ya que el grupo llevaba cuatro discos donde el rock había sido la base de todo. No tenía donde grabarla así que se dejó a si misma en el contestador la melodía. Al parecer la primera idea era la de que fuera una rarezas en su próximo disco. Cuando Cristina Llanos le puso letra y el grupo la escuchó... todo cambió. El disco sería electropop, ¡Se venían cositas! -Esta expresión es horrible pero me encanta utilizarla-. Esa canción fue la primera que se compuso para el álbum, se llamaba Let Me Out.

Es gracioso porque el videoclip de Let Me Out, dirigido por Struendo Filmakers, parece reflejar cual iba a ser la reacción del público. De una bola de discoteca sale Cristina, el resto del grupo mira extrañado que es lo que está haciendo y al final se acaban uniendo a tocar en esta fiesta que se habían montado. La canción, como el disco, ganó varios premios y consiguió convertirse en uno de los clásicos del grupo casi desde su primera escucha.

Lo reconocemos: Escuchar Let Me Out fue una especie de shock brutal. Se escuchó de todo en aquella época, una época en la que todavía había foros y las redes sociales eran Fotolog o aquel Myspace, el lugar donde podíamos descubrir muchas bandas. Así hubo algunos que amaron el nuevo sonido, otros lo odiaron y algunos tantos se dieron cuenta que, en realidad, no se diferenciaba tanto de lo que hacían. Sí, habían pasado del rock a la electrónica pero si uno observa la organización de la canción era la misma estructura melódica.

Quizás también hay esa influencia de Madonna que, el año anterior, había editado Confessions on a dance floor (Warner Music, 2005).  También con este disco estrenan bajista Samuel Titos, tras la salida de Alvaro Díez de la banda, que se quedará con el grupo hasta el final. Parece que el grupo había pasado, por diversos motivos, una época más oscura y con Follow the City Lights entraban en una luminosa. Una estimulación ante nuevos retos, algo diferente: "bueno pues mira, que sea como tenga que ser, vamos a vivir el presente como si no hubiera futuro” (Experpento, 2006)

El disco fue co-producido por Dani Alcover [Al que debemos los últimos éxitos de La La Love You ya que ha producido El Fin del Mundo, La Canción del Verano y El Día de Huki Huki], con el que habían trabajado en la grabación, mezcla y masterización del Devil Came To Me, aunque él no era experto en música electrónica parece que hizo un master en ella. Follow the City Lights tenía 10 canciones de las cuales, tras Let Me Out, se extrajeron como singles Do Ya y Keep on Moving. Para el diseño de arte, con un halo a la imagen manga de la película de animación de Daft Punk para el disco de Discovery (Interstella 5555: The 5tory of the 5ecret 5tar 5ystem), se contó con b-mice. 

Los mismos de Struendo se encargaron de los otros dos videoclips que se lanzaron del disco, los correspondientes a los singles: Do ya y Keep on moving. Una trilogía de videoclips que también dieron un cambio a la estética del grupo que decidían ponerse más elegantes para esta nueva etapa.

Las diez canciones de Follow the City Lights iban desde las más electrónicas (Let Me Out, Do Ya, Keep on moving, Tonight, Madrid), hasta las baladas (Shine on me, Dear McCartney), medios tiempos (You & Me), canciones que por poco no encajan en su época rockera (Salvation) y esa especie de medio tiempo con subidón (Denial). Todas ellas fueron llevadas al directo que se convirtió en algo mucho más bailable donde Cristina había dejado la guitarra guardada para no parar de bailar. 

También para esta gira cogieron algunas de las canciones clásica y pasándolas al electropop para que encajaran con el resto del repertorio. Entre esas giras hubo una, que viví, que era la Gira LKXA junto a Coti y La Oreja de Van Gogh. Mientras Dover vivía este nuevo comienzo, La Oreja vivía -sin que lo supiéramos los demás- el final de una etapa: El de la Amaia Montero.

No debió de funcionar mal, ni a nivel de ventas, conciertos, así como de cara a la discográfica. Lo siguiente que llegó fue un recopilatorio de nombre 2 (Parlaphone, 2007). En su primer disco nos encontramos con una selección de todas las canciones publicadas hasta el momento. El segundo disco se abría con la canción inédita Soldier, que perfectamente podría haber estado en el Follow the City Lights pero fue compuesta entre medias de las giras del disco y LKXA. El videoclip volvió a ser rodado por Struendo Filmakers y para el artwork también repitieron.

Después de la etapa electropop llegaría la tribal bailable con el incomprendido I ka kene que incluía canciones como Dannaya, Under my spell o La Response Divine. Sin duda fue el disco más cuestionado de su carrera y no acabó calando, por suerte a ellos, que eran los que lo hacían, sí. Al final supongo que hacer música eso es lo más importante, que le guste al que la haga y después tenga que defenderla en directo.

Tras él llegaron dos coqueteos de nuevo con la electrónica: una versión de INXS, I need you tonight, que adelantaba un nuevo single-pelotazo como Whats Does goes around, con videoclip urbano dirigido por Luis Germanó, que se quedó en ese single. Por ahí se llegó a leer que iba a ser el avance de un nuevo disco donde volverían de nuevo a la pista de baile. Pero la pista de baile cerró para siempre con este single.

Así pasaríamos ya a su última etapa, de regreso al rock, en la que celebraron el aniversario del Devil came to me y publicaron su último disco, Complications. Nadie se le puede decir a Dover que no hayan hecho lo que hayan querido cuando han querido. Los que se rasgaron las vestiduras ante la etapa electropop casi se tiran por la ventana al descubrir la tribal. Yo soy de los que creo que su temporada bailable es maravillosa, necesaria y, supongo que para ellos, sanadora.