The Sounds | Del frio al calor del pop sueco

Lo de The Sounds en Madrid este pasado viernes ha sido lo que se suele decir un concierto redondo. De esos que uno disfruta desde el comienzo hasta que decide marcharse a casa.

Habían pasado ya el año pasado en un par de fechas presentando el disco, pero este año han regresado a La Riviera en Madrid, donde estuvieron actuando hace más de dos años presentando su anterior álbum.

Comenzaban los teloneros a las ocho de la tarde, por motivos laborales llegamos un poco más tarde. Desde que uno entraba en La Riviera entre la oscuridad, las luces de neón y el sonido de los sintes, parecía entrar en una especie de pasaje de terror del electro ¡Si había hasta ese olor de humo concentrado! Estuve a punto de desear temer que aquello podría ser una fiesta de We Party... pero no, no lo era.

The Limousines eran los encargados de abrir el concierto con una música mezcla de varios grupos que creo que merece mucho la pena. Son sólo dos pero están tan animados como si fueran cinco: lanzan confetti, juegan con linternas a lo The X Files y el chunda chunda está por doquier. Tanto es así que si uno iba al baño sentía casi como rebotaba el sonido en las paredes.

No parecía que en esta visita hicieran un Sold Out como su anterior paso hace poco más de dos años en el mismo lugar, puede ser que los 25€ de la entrada en anticipada y los 27€ en taquillas tuvieran parte de la culpa.

Entre The Limousines y The Sounds nos encontramos con Kids at the Bar, se puso muy a lo Daft Punk, entremezclando con remezclas techno del Hello de Martin Solveig entre otras. ¡Quiero ese ordenador con su nombre en luminoso! Estuvo bastante tiempo pinchando ya que, como suele pasar, el concierto empezó con una media hora de retraso sobre la hora fijada que era las nueve de la noche.

The Sounds venían a presentar su último álbum Something to die for, pero no fue el típico concierto de "Voy a centrarme completamente en los nuevos temas y si me sobra tiempo toco del resto", comenzaron muy bailables con el tema It's so easy, que abre también su último disco, y aquello fue una fiesta desde ese mismo instante que fue subiendo

Del último álbum cayeron también Something to die for, Dancing with the devil, Better off Dead o Yeah Yeah Yeah... una buena selección de temas de su último disco. Pero para los fans de su fantástico Dying to say this to you, disfrutamos con Painted by Numbers,  Ego o el directo Hurt you, así como Night after Night -que es mucho más chula en su versión bonus del disco que no en esta original-. También recalaron temas como No Sleeps when I awake.

Maja, la cantante del grupo sueco, es experta en animar al público que se mostraba encantado en un escenario con una única decoración de una tela blanca con dibujos similares a los de la portada de su último álbum.

¡Viva Tony the beat!

Para los bises se dejaron una versión extendida de Tony the beat, que ahí fue cuando finalmente nos bajamos los pantalones y ropa interior para rendirnos, nuevamente a Maja y los suyos. Eso si, deberían haber acabado con este tema y no haber tocado uno más, Dorchester Hotel, que fue como "Lo sentimos, pero es que con el anterior habéis llegado a la cúspide".

Salir a retomar un poco de fuerzas comer algo, porque no sabéis lo que saltamos y bailamos, para acercarnos un rato al Spray -debido a los cuales pude ir a este concierto, ya que me tocaron dos entradas gracias a un concurso suyo- donde se celebraba donde Smart no comenzó pinchando de manera espectacular, aunque después se fue animando haciendo un regreso a los 70. Los de The Sounds comenzaron muy bien con Where's my mind de Pixies, o Bulletproof de La Roux... pero ya era momento de la huida del lugar a nuestros hogares.

The Sounds han conseguido hacer de esta noche improvisada todo diversión, porque los suecos molan cuando no quieren pasarse de modernos, aunque por sus pintas pueda parecerlo.

La frase de la noche fue: "Que pena con lo mono que es"