3 de mayo de 2014

Adiós Ayer


Estoy en una de las grandes plazas de la ciudad. Miro hacía las alturas de ese calle, una de las más conocidas. Doy al play de la canción que hay en ese momento en el reproductor del móvil. Muestro una sonrisa ladeada.

Empiezo a correr a toda velocidad, como si alguien me persiguiera... pero en realidad soy yo el que está persiguiendo. Algunas miradas de extrañeza mientras paso a su alrededor. La decoración de los edificios es una mezcla entre un concepto pop y un mundo onírico, una extraña y misteriosa combinación.

Algunas de las personas con las que choco, sin yo saberlo, conocen lo que estoy haciendo. No dudan en girarse y ponerse de mi parte, poniendo el mismo ímpetu que yo. Atravieso una boca calle, dos, tres. No logro localizar a la persona que estoy buscando, pero algo me dice que tengo que seguir corriendo en la misma dirección. Antes o después conseguiré dar con él.


Supero una nueva plaza. Me paro, miro a mi alrededor. Te he descubierto. Ya sé hacía donde has ido, era evidente que lo sabía, sólo tenía que pensar un poco. Sigo corriendo por la calle principal entre tiendas de ropa, de segunda mano y edificios que, aparentemente, no tienen uso conocido. Mi objetivo está cada vez más cerca. Al menos diez personas me están acompañando

Saco del bolsillo trasero de mi vaquero una pistola, la cargo a toda velocidad. Me paro en seco. Todo parece ralentizarse. Le apunto y disparo. He dado en el blanco. Voy a su encuentro. Está tumbado boca abajo en la acera, sangra un líquido azul. Es igual que la sangre, pero a la vez diferente. Giro su cuerpo, y le miro a la cara: Soy yo. Le digo adiós, le digo adiós a ese yo que se estaba escondiendo. Sólo podía quedar uno de los dos, y no era él. Ya no podrá volver, ha muerto.

En el hilo musical de la tienda que hay al lado resuena una canción: "Este es mi momento. Ahora aquí. Adiós ayer". El cuerpo se desvanece. Se funde con la propia acera. Sólo deja un rastro, un pequeño hilo de la forma del cuerpo en forma de purpurina que brilla en la calzada, ¿Será capaz de volver? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario