16 de enero de 2020

[ Fin de Siglo ] Cuando hay días que se pueden convertir en toda una vida



Imaginaros: Chico conoce chico. Algo de lo más normal. Chico y Chico follan salvajemente con una complicidad maravillosa que da gusto verles. Chico se despide de Chico... así comienza lo que podría ser el retrato actual de una sociedad en la que se viven más instantáneas concretas a lo Polaroid que álbums fotográficos en los que poder ver la evolución durante el tiempo. Casi así podríamos decir que comienza Fin de Siglo (Lucio Castro, 2019).

[Este texto no es que haga spoilers brutales pero, igual que yo vi la película virgen, creo que se disfruta mucho más sin saber nada sobre ella. Avisados quedáis]


El que es el primer largometraje de Lucio Castro, tras cuatro cortometrajes en diez años, con unos más que acertados Juan Barberini y Ramón Pujol [Al que recordaba de la obra Smiley: Una Historia de Amor, y que este 2020 estrenará Smiley: Després de L'Amor] como protagonistas, quiere ir más allá de lo que se ha podido ver en otras películas, Weekend, una joyita también, nos hablaba de como una relación de fin de semana podía hacernos cambiar la vida. Y muy diferente a Love Simon, que nos mostraba una relación de adolescentes que se sienten perdidos y ocultos ante un mundo que no saben si le aceptarán.


Algo maravilloso de Fin de Siglo es ver la conexión que existe entre los dos personajes, Ocho y Javi. Desde el primer encuentro hasta el momento en el que son conscientes que se conocían hace veinte años, no era la primera vez que se veían. En este momento de contar su primer encuentro hay ese instante en el que creo que muchos nos identificamos: algo breve, intenso, directo, pero que marca para el resto de tu existencia... sin darte cuenta, pero lo hace. 

Mía Maestro es la tercera actriz, en el papel de Sonia, que interviene y nos descubre otra serie de facetas de los personajes además de ser un nexo de unión entre ellos. La necesidad en que todo encaje con ellos es más que necesario para el desarrollo de la película.


Barcelona aparece como paisaje de fondo, como un presente, descubriendo rincones de la ciudad que no están acostumbrados a ver por parte de los turistas (Dato Pop: como el Laberinto de Horta que todos recordamos porque allí estuvo Nika corriendo en su vídeo de Trampa de Cristal). Primero observa la ciudad con un Ocho que se encuentra curioso ante esos rincones, y después la mira con la relación que se crea, de la forma más sutil, entre Ocho y Javi. 

Pero hay varios momentos en el que empiezas a pensar que algo está sucediendo y no sabes bien que es lo que es. ¿Realmente no se acordaba Ocho de Javi en el pasado? ¿Fue un encuentro real? En el momento de ver la película me di cuenta que había varías capas, varios planos... como si se estuvieran entremezclando diferentes tipos de relaciones.


Casi un poco entre esa parte cuasi al final de La La Land y un poco de surrealismo a lo The Twilight Zone se nos presenta situaciones que parecen no estar pasando, vidas que fueron y las que no fueron. Lo que pudo haber sido, Incluso como si diversos universos se fundieran... juega con los recuerdos -de ahí que los personajes no sean rejuvenecidos o envejecidos dependiente de la situación temporal-, con ese mundo onírico casi, con ese 80% de recuerdos falsos que tenemos.

Aunque, como dice Lucio en esta entrevista en Fotogramas, "Supongo que es verdad que hoy día hay cosas que duran muy poco, pero las cosas importantes, las grandes amistades y los amores, siguen durando lo mismo que siempre". Fin de Siglo es una película para amantes de los momentos únicos en la vida, los que disfruten de relaciones largas, los que tengan relaciones abiertas... porque cada uno va a enfocar la película desde una perspectiva diferente.



Y entonces te sientes que tu has sido aquel que fue buscando en Facebook a aquel chico de una noche que te dejó marcado para el resto de tu vida... 

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