14 de mayo de 2017

[Eurovision 2017] Portugal, y su "muero de amor", los amos de Kiev


"La música no son luces y fuegos artificiales, sino sentimientos", ha dicho Salvador Sobral tras ganar el festival de Eurovision 2017 representado a Portugal con la preciosista Amar pelos dois. Podríamos matizar un poco las palabras para decir que no son sólo luces y fuegos artificiales porque se pueden combinar con sensaciones, más frívolas o profundas, sino que en Eurovision tiene que haber cabida todo tipo de canciones.

En el caso de Portugal el sentimiento, la intimidad y la canción los ha superado con creces convirtiéndose en todo un merecido ganador del festival en el que hacia siete años que no superaba su semifinal, incluso el año pasado no se presentó, y esta vez ha arrollado incluido con el poderoso italiano que ha acabado bajando más de lo esperado en la tabla.



Imri entregado a la causa. 


La noche del pop europeo del año es la de la final de Eurovision. Te juntas con los amigos, comes, bebes y acabas convirtiendo la noche en un debate de filias, fobias, "enfrentamientos" por los favoritos, comentarios sobre el público y la emocionante recta final con las votaciones de los países con sus representantes. 



Desde el chulazo empotrador de brazacos de Israel, Imri, que abría la noche con la bailable I feel alive hasta el medio tiempo de Francia hemos visto 26 actuaciones en las que diversos países europeos, y Australia que se ha convertido en ese invitado que se hace permanente, nos han hecho disfrutar u horrorizar con sus canciones y puestas en escena.

Producto italiano, 100% de calidad. Francesco Gabbani

La simpatía de Austria con una puesta en escena donde su representante Nathan Trent interpretaba Running on air aprovechan la pantalla con unas proyecciones sencillas y efectivas, humo y una luna-disco ball que aunque no encajara mucho pues le quedaba muy rollo Kylie Minogue cuando cantaba el Over the rainbow en el Showgirls Tour. Nathan ha conseguido la simpatía de otros representantes y del propio público.



La propuesta de Hungría, mezclando el folk con un sonido electrónico, funcionaba mejor con la canción solo de Joci Pápai que con su actuación en el festival interpretando Origo. El problema de este año han sido las puestas en escena que en muchas de ellas no se transmitía la emoción o el concepto de fiesta. Por el lado contrario ha habido los que han sabido como llamar la atención en tres minutos: Rumanía con su festival luminoso pop guerrero y cañonazos de luz de Ilinca feat. Alex Florea con el pegadizo Yodel It! o Italia con el atractivo Francesco Gabbani tirando de un ambiente festivo para hacer una crítica a la sociedad occidental, Occidentali's Karma, que adopta valores orientales a su estilo propio.



Italia ha pasado de ser durante meses la favorita para ganar a quedar en un sexto puesto aunque para muchos parece que ha sido más una gran derrota. A eso amigos se le llama expectativas y hay que tratar de evitarlas para que después la hostia no sea tan grande. Por parte de Bulgaria estaba Kristian Kostov con Beautiful Mess, que no me destacaba mucho como canción pero ha llevado una puesta en escena aprovechado con una serie de efectos que iban mas allá que los que había en el escenario siendo agregados otros elementos en la pantalla que han sido utilizados por muy pocos de los artistas presentes y que daban bastante juego.



El momento entre Donnie Darko y Twin Peaks, por eso de surrealismo, de Dihaj por Azerbaiyán con Skeletons que realmente habla de una relación de autodestrucción y el fin de la misma. Grecia que presentaba un combinado de varios artistas anteriores como las pantallas de cubos de Rusia y una coreografía que resultaba parecida a alguna vista años atrás. De nuevo Blanche volvía a aparecer en el escenario con sensación de estar atemorizada aunque ya nos queda la duda si ha sido todo parte del "juego" festivalero y una actitud para transmitir la canción City Lights, o si lo que estaba sufriendo era un amago de pánico escénico. Suecia, pues es Suecia y es complicado que traiga un tema que no de juego. Robin Bengstton, ganador del Melodifestivalen sueco, ha tenido una de las mejores actuaciones con I can't go on de la noche repitiendo el éxito del festival sueco casi paso por paso.



Portugal ha sido la ganadora de la noche por méritos propios. No lo ha hecho por pena porque, personalmente, no me da pena y la música no gusta porque "mira el muchacho que tiene una enfermedad". Ha ganado por trasmitir una emoción a la hora de cantar, por ser diferente y por tener mucho sentimiento en los tres minutos que dura la canción. El completo "muero de amor" ha sido cuando al hacerse, de goleada, como ganador ha invitado a su hermana, compositora de la canción, a cantar con él ya como vencedor. Luísa Sobral ha sido la compositora de la canción y la que ha ayudado a su hermano a orientar su carrera musical.



Y voy a hablar del tema Manel Navarro. Parto de que la canción de Do it for you lover que presentamos me parece muy plana para un festival eurovisivo aunque buena para una campaña de cerveza este verano. Pero de una opinión a lo que se ha hecho con este chico en las redes sociales hay un salto que casi podemos decir que es un acoso y derribo, y si Salvador no me provocaba pena, Manel si que lo hace. Nos dedicamos a hablar del bullying y poner el drama en lo que pasa en los colegios, ¿No puede ser que lo que hagan sea un reflejo de lo que ven en sus padres y en el resto de la sociedad?. Pues con Manel ha pasado más o menos lo mismo. Él ha sido contratado por una empresa (RTVE) que lo ha seleccionado por medio de un casting que ha sido mitad televoto/mitad jurado. Con una gala peculiar, Manel acaba saliendo ganador aunque mi favorita era el Contigo de Mirela "hemos vuelto al verano de 2003" y su fiesta en la cabeza.

Tu contratas a una persona. A esa persona tienes que formarla/orientarla/guiarla y esa es parte de tu responsabilidad. Si ves que no va a ser capaz de hacer algo o presientes que no funciona, tú puedes modificarlo. Lo que no es de recibo que esa empresa decida descargar ahora toda la responsabilidad sobre Manel, 19 años y recién llegado a la música. Te puede gustar más o menos, caerte bien o mal, que no te guste su look, y hasta que tengas la sensación de que sea un prepotente.... pero detrás de él hay toda una industria que es la responsable de ello. La televisión pública funciona como buena parte de los partidos políticos: "Nosotros no somos culpables de nada y hacemos lo mejor posible" cuando es sabido que hay un equipo anticuado que se han acostumbrado al modelo de tópicos de funcionarios y que no se mueven hasta que les echan agua hirviendo y se montan cualquier excusa variopinta para decir que no abandonan por eso. Al final se ha conseguido que el que nos dieran cinco puntos nos indigna. Los responsables de esto son sus jefes, como si en tu empresa te dejan a la deriva (¿Os suena?) y tú eres el que acabas comiéndote los marrones (¿Te sigue sonando?). Sólo espero que esto a Manel no le pasa una factura en su vida y después vengamos a echarnos las manos a la cabeza. No, queridos amigos, las redes sociales no son malas, son el uso que le des.

Dejad a Manel y mirad a Alex Florea ¿Quién me lo manda a casa?

Una vez acabadas las actuaciones, los interludios y hasta un espontáneo que hizo un calvo mientras actuaba Jamala, llegaba el momento de las votaciones. Los 42 países participantes votaban y vimos de todo entre los encargados de repartir puntos: Desde los que parece que pasaban por allí, los que parecía que se habían tomado unas copas de más, los que se enrollaban más de la cuenta y Nieves Álvarez por España con la Sagrada Familia de fondo. Aquí Portugal ya nos dejó claro que las opciones para ganar eran muy grandes, aunque Bulgaria hubo momentos que le pisaba los talones.

Gracias Nieves, de verdad. Gracias

¿Y si cogemos al equipo de marketing de Netflix para Eurovision 2018? Anoche aprovecharon el momento eurovisivo para lanzar una campaña sobre Las chicas del cable que va a estar entre lo mejor que veremos de publicidad este año.



Lo que nos quedamos es que al final es que Portugal ha ganado tras siete años sin siquiera pasar a la y eso significa que Eurovision 2018 nos va a pillar muy cerca. Según Eurovision Día y Noche, el único recinto que parece viable para acoger el festival es MEO Arena / Pabellón Atlántico.



Podéis ver toda la gala final, más de tres horas de purpurina, fuegos, preciosidad y unas entradas de los países como por arte de magia.



Yo ya vivo con ganas esperando el momento que salgan a la venta las entradas. Objetivo: Eurovision 2018


Namasté... Alé!

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