Me llegan muchos mails, esto es así. Pero hay gente que se nota que los escribe con mimo y sabiendo a quien se está dirigiendo. No, no es porque yo sea lo más de lo más, sino porque es gente que ha leído, sabes de lo que escribo y pueden pensar que quizás encaje con lo que hacen. Esto es lo que hizo Julián, miembro del grupo Petiso. Habían conocido Confesiones tirado en la pista de baile por Fred Fredburguer (Esto da puntos extra), y contactaban porque se encuentran lanzando en estos días el segundo disco, el primero como banda, de la formación: El Incendio (Autoeditado, 2021).
Un pequeño momento para ponernos en antecedentes: Petiso, el proyecto musical en solitario de Ro Berzosa Sanchez lanza su primer disco, Los cuentos que escribí sobre la derrota (Autoeditado, 2018), hace tres años. La primera canción de este disco parece que deja caer que la inspiración del nombre del grupo se basa en "La banda de Petiso", pero no he hecho una investigación a fondo a lo Samantha Villar por lo que no puedo confirmarlo. Este primer disco tiene un estilo más country-folk pero en el que ya se nota que hay material, gusto por la melodía y letras para cantar.
Saltamos a 2019 cuando Petiso evoluciona de proyecto en solitario a banda. Además del propio Ro, se encuentran en sus filas Julián Gallego, Víctor Arcones y Víctor Belinchón. Han estado más de dos año ensayando estas canciones y dándole los arreglos hasta su publicación este año bajo el nombre de El Incendio. En febrero el disco ya estaba acabado y publicado en edición vinilo. Ro se dedicó a ir casa por casa, en Madrid, llevando los discos que la gente estaba comprando. Es bonito ver las fotos con la gente, en sus casas o en las calles de diversos rincones de la ciudad recibiéndolos. De forma digital nos ha llegado el pasado viernes tras varios singles de avances.
El Incendio es el resumen de los dos últimos años de la vida de Ro y un confinamiento pero también es un cambio en el proyecto musical de Petiso. Ahora son una banda, cuatro personas, y un sonido que se ha dirigido más a una vena pop. El tema con el que abre el disco lo deja claro, A Cámara Lenta. Hay un cambio respecto a ese sonido más country del debut. En El Incendio, la canción que da nombre al disco, se confirma esa vena más pop que le hace sonar muy diferente. Guerra y Paz continúa en ese estilo directo y contagioso que tiene de tendencia todo este disco. La producción de Lichis (La Cabra Mecánica) otorga toda la potencia que necesitan las canciones. Son himnos en potencia.
A propósito de Clark nos cuenta la historia de un superhéroe acabado con depresión. Las historias de superhéroes venidos a bajo siempre suele dar buenos resultados, que se lo digan a Capitán Sunrise con Superman Enamorado. Hay momento para canciones más desnudas, es el caso de Ojalá. Pero es sólo un pequeño impás porque llega El Peor Momento, con mucho guitarreo, de esos momentos en que dices: "Hoy me quería morir, no me lo tengas en cuenta". En Acción y Cine Japonés rescata el sonido de su primer disco, hay ese toque country -que me flipa- pero se lo lleva más al pop con esos coros de fondo, el juego de dos voces.
Llegamos a la recta final a toda velocidad: Mi Máquina del Tiempo, una forma en la que cambiar el pasado para evitar un sufrimiento innecesario... aunque yo les veo en una TARDIS. El cierre del disco es con otra balada: Dulce Medicina. Una despedida que termina con toda una parte instrumental, casi para reflexionar sobre todo lo que hemos escuchado.
El Incendio, que fue grabado entre el estudio de Lichis y con la banda en directo en los Estudios Brazil por Javier Ortiz, mezclados y masterizado por Ferni Duhalde. 9 canciones que ondulan desde una vena pop que toca desde esos temas que enganchan a la primera escucha, hasta las baladas, ese recuerdo del country y con momentos que pueden estar en canciones de algunos grupos de pop rock que mueven masas en nuestro país.
Diseño: Mario Nohequé / Fotografías: Irene Gordillo
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