15 de agosto de 2012

10 cosas que pasan en "El Viejo Caserón"



El Viejo Caserón es uno de los platos estrellas cada vez que uno va al Parque de Atracciones de Madrid. Que si, que hay que pagarlo aparte pero ¿Cómo se "disfruta" para pasarlo realmente mal? Comenzó su funcionamiento en 1989 bajo el nombre de Pasaje del Terror hasta que en 1998 pasó a ser El Viejo Caserón acompañado de una renovación de sus instalaciones.

Cada año todo el equipo del lugar cambian alguna de las escenas, por lo que este espectáculo se encuentra en continuo movimiento y cada temporada hay algo nuevo por ver.

Hasta aquí la parte más técnica-historia, ahora vamos a la práctica. 10 cosas que pasan en El Viejo Caserón.


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1. Ir a la taquilla. Que te reciba una mujer que al girarse tengo los ojos de color rojo. Veamos, aún no hemos siquiera pagado ¿Y y ya nos quieren acojonar? Tramposillos...

2. Que te tengan esperando pegados a la puerta casi unos quince minutos con el corazón acelerado, como si estuvieras antes de la selectividad. El miedo controlado nos encanta y pone a cien.

3. Que te dediques a hacer fotos chorras viendo el miedo que estás pasando de esperar. En plan "Venga, pon cara de que tenemos miedo". Las de después son también un poema.

4. Que decidan ponerte el primero, que subas como si fueras a la matanza del cerdo... pero fueras el cerdo. Con miedo, acojone y golpees la puerta tres veces.



5. Vivir un miedo constante, horrible, pánico, desear salir corriendo a cada segundo. Preguntarte a cada minuto porque has decidido entrar y sobre todo porque te han dejado el primero.

6. El momento que no sabes de donde sale alguien. Ese alguien sale. Ese momento que ya sabes que has perdido la voz. Ese momento que sabes que al día siguiente hablarás como si fueras un adolescente en pleno proceso de cambio de voz.

7. ¡Odio en todos los pasajes del terror los pasillos de los psiquiátricos! Gracias ¿Por qué tienen que ser tan mal rolleros?

8. Puertas que se abren, se abren y se abren, se siguen abriendo, pero no sale nadie, hasta que al final sale alguien pero no es de una puerta. A eso lo llamo yo un golpe de efecto en toda regla, como los giros de guión de Saw.


9. Amigos que te dicen "Pues yo no hubiera podido estar el primero... no sé como has podido". Muy claro ¡Éramos dos y tú estabas detrás mío!

10. Salir de allí. Vivos. Observar que los niños no lloran nada, sentirte un bebé. Irte alejando del lugar lentamente como sin dar pistas de lo que allí dentro ha pasado.

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Con la participación de Technocolour como: es mi amigo.

3 comentarios:

  1. Hace bastantes años ya, pasé del miedo al "tierra trágame" en lo que tardas en decir "¡A metamorfosearse!". Fue con alguien que parecía ser un loco muy loco. Y muy de blanco. El loco llevaba un pantalón blanco bastante ajustado que no dejaba nada a la imaginación, y yo, impresionado por su dotada anatomía embutida (tenía aspecto de Morcón Ibéico, que supongo que se puede considerar como "embutido" patrio), solté un inocente "¡Joder que paquete!" que, por supuesto, todo el mundo escuchó. Al loco en cuestión se le escapo una carcajada y un "¡Hombre, gracias!".
    Debo volver allí para hacer "cruising".
    Puede que termine alternando con el Conde D y el Dr.Frankie.

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    1. Tu historia es digna de ser contada, si señor, nunca hubiera pensado en una situación así con una persona del reparto. Otra cosa hubiera sido que así con la emoción hubieras tocado el paquete a alguien de tu grupo y te hubieras llevado una agradable sorpresa...

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  2. La verdad es que muchas de las cosas que destacas se pueden aplicar a "cualquier pasaje del terror". Los dos del Tibidabo y hasta la versión "portátil" que disfruté en Sitges de peque. Sobre todo ese miedo previo en la cola, cuando se acerca tu turno.

    Por cierto, que el que no quería ser guía lo fue conmigo, y lo hizo muy muy bien xD

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