Capítulo anterior: Camas y trincheras para aguantar hasta tener sangre en los zapatos (mi amor)
Llegamos al final del viaje, el final del Contempopránea 2017. El domingo es el día de la recogida, de desayunar tranquilamente, cerrar la maleta, guardar esos discos que te has comprado -como Apartamentos Acapulco o Lecciones de Vuelo- y te vas relajado en el coche que te han asignado de regreso a casa... 11:55h. me despierto. Miro el móvil. Hace hora y media hay un mensaje que dice que salimos "a las 12h. apróximadamente" ¡CAGUE EN LA LECHE! No pasa nada, el grupo del coche está desayunando así que me da tiempo a adecentarme para darnos una vuelta por España... Sí, porque nuestro Andrés Velencoso cañí -tatuado con la X de la portada de Una semana en el motor de un autobús- tiene con sus amigos una tradición cada vez que vuelven de Alburquerque que es parar a comer en un restaurante de Trujillo y yo cualquier cosa que sea comer, y con hombres sexys y mega majos me parece bien.