18 de septiembre de 2015

Aquella noche que pasamos con Rick Astley


"Habéis comprado una entrada para pasároslo bien, así que aparentemos que tenemos 20 años, Cerrad las puertas, nadie se va de aquí"

Anoche en Madrid, La Riviera, donde ya he visto conciertos de Love of LesbianRussian Red, Scissor Sisters, o The Sounds, acogía uno de esos conciertos que, antes de disfrutarlo, no sabrías como clasificar. Rick Astley está de gira por España, tras aquella pequeña actuación el pasado Orgullo, como parte de su plan anual de realizar algunos conciertos con sus grandes éxitos. Y toda esta recuperación para el mundo de la música del artista tuvo dos fases: en 2001 una mini gira por Japón en la que volvería a disfrutar de actuar y en 2007 con el fenómeno del Rickrolling que lo volvió a poner de actualidad, actuar y hacer un remember de sus clásicos.

Hay que decir que los fans de Rick no son muy de hacer colas durante horas. Dos antes de la apertura de puertas sólo había en la puerta camiones, gente organizando y alguna persona sola sin saber bien que hacia allí. Nosotros, amigos y venidos de un acústico de Tachenko, llegamos antes de la hora que debería de salir Rick. Cuando llegamos a la sala nos encontramos con la sorpresa que había unos teloneros que no estaban anunciados en ningún lugar... Mucha publicidad de patrocinio de una marca, pero falta de información. Os puedo contar que entre los miembros estaba uno que salía en Santa Justa Klan (y que ahora está en una de las bandas de La Llamada) y que el cantante era una mezcla entre Tim Curry en The Rocky Picture Show, Carlos Tarque de M-Clan y un artista de circo. No he conseguido localizar que grupo es aunque no encajaba nada con el estilo del protagonista de la noche.



¿Qué podíamos esperar de Rick Astley? De primeras uno piensa "Este hombre viene a hacer caja, sacarse su sueldo con temas ochenteros y poco más". Suena la música del Equipo A, una voz habla soltando todo un speech sobre él y dice "En 1987 publica un temazo, Never gonna give you up". Y sí sale al escenario. Y nosotros, que nos habíamos quedado cual abuelos en un lateral apoyados en una barra, nos bajamos junto a la palmera de la sala a bailar, a darlo todo. No podía ser de otra manera ya que comenzó con Together Forever y lo necesitábamos como beber agua todos los días.

Rick tiene porte, a punto de cumplir los 50 años, se mueve muy bien por el escenario, la voz la mantiene y se ve encantado de estar actuando. Coge una jarra, que no sabemos que lleva, como si estuviera en su casa cantando en el comedor y empieza a enlazar canciones, desde sus grandes éxitos de los primeros discos producidos por Stock Aitken y Waterman, hasta que, sabiendo bien que hay que actualizarse y que muchos de los últimos temas que ha publicado no son conocidos, se decide por hacer versiones: Happy de Pharrell Williams, pasando por el Highway to Hell de AC/DC ¡tocando él la batería!, hasta llegar al Rather Be de Clean Bandit y el Uptown Funk de Bruno Mars.


"¿Estáis dispuestos a bailar?, 
¿Estáis dispuestos a ver un hombre de mediana edad aparentando tener 21?"

No faltaron también otros temas conocidos del artista, She wants to dance with me o alguna que no conocíamos lanzada hace pocos años, con un toque country, como es Superman y que me recordaba más a lo que hacia Eagle-Eye Cherry que las primeras canciones de Rick Astley. En cierto momento con alguna canción nueva, que "ni mi madre la ha escuchado hasta ahora", dijo "¡Cerrad todas las puertas!, ¡Cerrad todas las puertas!" para que la gente no se fuera con la canción. En fin, todo un cachondo que se llevó a la gente de calle, un público que rondaba más los 40 que los 30 años y que era de lo más variopinto.

El momento "Necesito a alguien que se sepa todas mis canciones, bueno no, con que se sepa My arms keep missing you es suficiente" y sube a una chica que, ni más ni menos, venía desde Israel sólo para verle y le entregó un osito de peluche. Ella se lo pasaba en grande, cual fan adolescente, bailando pegado con Rick mientras la corista lo grababa todo con el móvil de la chica. Vamos, un buen rollo asombroso. Igual que cuando presentaba al batería en plan "Chicas, aquí tenéis al único hombre soltero del grupo, tiene una gran batería y unos pantalones apretados"

Para el final no podía dejar otra canción que el Never gonna give you up que hizo ya que todos regresáramos a 1987. Algunos, como yo, en plena infancia cuando sonaba por la radio, veía el videoclip de aquel jovenzuelo de 21 años por la tele o la canción sonaba cuando estaba en la feria de la playa. Lo dimos todos y el grupo se despidió, saludando con reverencias ante una sala medio llena que estuvo encantada de disfrutarla.


No, aún hay más, Rick dice que en noches donde se lo pasa muy bien, y como no tienen más canciones, deciden hacer más de otros grupos para seguir disfrutando, así nos enlazaron con toda la sencillez del mundo: Don't you worry child de Swedish House Mafia, Everybody Dance de Chic (Lo que me llevo a descubrir que el Stomps de Step lleva un riff de esa canción, porque se podía cantar perfectamente por encima), terminando con el Get Lucky de Daft Punk con algunas frases del I should be so lucky de Kylie Minogue.

Creo que en ese momento nos faltó arrodillarnos ante él. Rick Astley se divierte, canta bien, tiene pose en el escenario, aptitudes para hacer monólogos divertidos, interaccionar con el público y no sólo disfrutar de sus temas hits clásicos. 


"Si vuelvo a venir a Madrid, ¿Volveréis a verme?" dijo en un momento del concierto, por supuesto que sí, con muchas ganas. "¡Iros a casa! Abrid las puertas, abrid las puertas", así nos "echaba" Rick de la sala. Lo que realmente nos hubiera gustado es irnos con él, junto con los calzoncillos, bodys y demás objetos que le lanzaron.

Un último apunte ¿Sabéis que La Riviera además de unas palmeras tiene una sala donde hay sofás dorados que parece un lugar de intercambio de parejas? Ya lo sabéis.


Agradecimientos a Miss April por las traducciones de las palabras de Rick ¿Algún día descubriremos quién iba en el sleeper bus?

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