15 de mayo de 2017

[89] Orange Broek, pop, electropop y synthpop lleno de elegancia


Orange Broek han regresado tras tres años desde su último álbum, y lo hacen con algunas novedades. Por un lado el grupo se ha duplicado, nacido con  Pere Jurado se ha juntado al proyecto Arnau Feixas lo que hace que "sangre fresca" te de una visión diferente de lo que realizar y Santi Capote que es co-productor del disco junto al propio grupo. Como resultado ha llegado este año 89 (Autoeditado, 2017).


Vamos a retrotaernos en el tiempo para llegar a las primeras canciones que nos llegaron con Metropolis (Autoeditado, 2010), su primer disco que se convertía en la propia banda sonora que Pere había realizado para acompañar a la película del mismo nombre. El salto vino con el Soroll (Autoeditado, 2013) donde descubríamos una mezcla entre los ritmos más ambientales de su predecesor con un rollo de sythnpop más cantable y bailable como la canción que daba nombre al EP.
Al año siguiente llegaría su segundo disco de larga duración, Orange Broek (Autoeditado, 2014) que financió por medio de crowdfunding y donde incluyó alguna de las canciones, en nuevas versiones, de su EP y varias inéditas.



Para esta nueva etapa que supone 89, el sonido ha ido evolucionando y siguen haciendo una mezcla de idiomas (mezclados, no agitados, cada canción en un idioma diferente) entre el catalán, español e inglés. Hay elementos de synthpop en el que se juguetea más con su sonido como por ejemplo la apertura de Obedient, también hay una vena más pop en las canciones con arreglos como es Acéptalo donde también canta y está compuesta por Santi Capote, siendo una canción que nos lleva más por terrenos de grupos como Rusos Blancos. Está el precioso guitarreo de El senyal antnes de llegar a u estribillo mucho más estruendoso con esa batería golpeada con mala leche, mientras que Perdida hay momentos que parece que se va a arrancar con ese fondo con el Last christmas I gave you my soul, pero en otros me imagino a Dolo de Pastora cantando bajo el clarinete tenor que suena en la canción.

En The ruins cuentan con la participación de Rory Foy con una voz que da a la canción un toque más internacional. El nombre de 89 tiene sentido desde el momento en el que por momentos esos arreglos te llevan a sintes de aquella década, como Por cada vez ("Por cada vez que pudo ser y no fue", un homenaje a los momentos perdidos) o Tens massa por. Más pop vuelve a ser Tomar distancia sobre la fama digna de realitys ("Esta visto, vas a vender tu vida por cinco minutos de televisión vomitiva") y de creerse por encima de los demás. Craso error. La vertiente más electropop, diga de videojuego, la encontramos en el cierre con Es tut mir leid.

Empiezo a pensar que existe un problema en España, hay más grupos interesantes de los que puede uno pensar. Así que antes de irnos a escuchar lo último de "ese grupo desconocido que no sé quien es pero toca en el Primavera Sound", podríamos irnos a grupos nacionales que tienen la misma calidad. Lo mismo con separar las listas de lo mejor del año nacional o internacional, ¿Qué miedo hay en poner en buenos puestos grupos españoles en vez de internacionales? En fin...

89 suena muy bien, tiene su propio estilo y es un avance en la carrera de Orange Broek que tiene nuevos aliados para ello. 


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Concepto y diseño de portada: Vicent Almiñana 

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