Bajo el nombre de Pobres Diablos nos encontramos a tres cántabros que forman a esta banda en el barrio de Aluche en Madrid, porque la pandemia nos dejó un poco "cucú" pero también gestó muchos bebés, muchas ideas e inicipentes formaciones musicales como ésta. Todo grupo que tenga algo de pop en sus venas, me llama la atención, ellos lo hacen con pop urbano actual e influencias post-punk, emo y de la electrónica de los club. Con todo ello la banda acaba de automedicar su EP El Año Vizcaya (Autoeditado, 2023).
La banda había sacado previamente dos singles en 2021 (Independiente, Nunca fue mi fuerte), otros dos en 2022 (chica almodóvar, romántico y delincuente y en este 2023 dos de las canciones de El Año Vizcaya que ha salido en plena ola de calor. Un trabajo que, como ellos dicen, "nace de la insatisfacción crónica, de las noches en las que sales solo para desconectar de tu curro de mierda, de las malas decisiones y de los propósitos que nunca llegamos a tachar"
Para que tenga un sentido, esos dos singles de El Año Vizcaya han correspondido, por orden cronológico, a las dos primeras pistas: No es casualidad, pone las bases de por donde van los tiros si no hubiéramos escuchado nada de lo anterior de la banda. De la maldad, la ansiedad y las situaciones que nos provocan: "Ya no siento nada soy pura maldad" a modo de mantra con rabia y coreándolo. Encontramos el contraste con Santo aunque eso podría parecer por el nombre, pero no, siguen esa actitud aunque muestran fe de arrepentimiento "Ahora sé que te hice daño (...) por tantas veces que no me hice cargo".
Días Perdidos, comienza casi como si tuviera alguna canción de Smashing Pumpkins de referente en toda su primera parte instrumental, después pasa al pop donde, y pese a su juventud, tienen miedo al paso del tiempo. Porque, y más en esta sociedad actual, parece que es complicado tener las cosas claras y el tiempo pasa. Terminamos El Año Vizcaya con Sueños, creo que mi favorita de todas, con esos punteos de guitarra, ese rollete pop bailable con un punto casi dream. De nuevo la mención del paso del tiempo, las mentiras que nos podemos crear y la duda sobre la realidad y ficción.
El Año Vizcaya son 4 canciones de malas decisiones y no celebración, quizás como le pasa al chico de la portada y a todos ellos en los visualizers de las cuatro canciones. Por mucho gorritos, confeti y tiras de brilli brilli saben que algo no acaba de encajar
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