3 de octubre de 2025

Soundtrack Without A Movie / Pshycotic Beats // Una banda sonora en la que cada uno elige su propia aventura


Hay que reconocer que la música de Pshycotic Beats es siempre una sorpresa, igual te encuentras con un disco bailable, que fue el momento en que nuestros caminos se encontraron, para pasar a ser la BSO real de una serie de televisión. Ahora ha decidido irse por otros lares, aunque sin abandonar ese mundo cinematográfico que siempre le ha acompañado, en Soundtrack Without A Movie (Log Lady Records, 2025): Una banda sonora en la que cada uno elige su propia aventura.


Lleva ya quince años en la escena musical, una escena donde muchos grupos o lo petan o abandonan cansados de no entrar dentro de lo que es el círculo comercial. Pero Andrés Costureras, la persona que está detrás de Psycotic Beats, ha sabido encontrar en él un refugio a todos los problemas de su vida de los que ha hablado con naturalidad. Antes de este Soundtrack Without A Movie ya le había escuchado con Festering (Log Lady Records. 2022), The Bleeding Songbook (Log Lady Records, 2020) o The Black Sea (Log Lady Records, 2017).

Así en 2023 Andrés recibió el diagnóstico de Trastorno Bipolar Tipo 2 después de 27 largos años de falsos diagnósticos, negligencias y mucho sufrimiento. En todo este tiempo la música ha ido un refugio donde ha sabido echar todo aquello que le ha pesado y que le ha costado gestionar. En este sexto trabajo él nos propone "un viaje de 24 horas al bosque, lejos del ruido de esta sociedad enferma donde los oligarcas tecnológicos se han apropiado de nuestra existencia y nos han encerrado en un escenario de pesadilla, distópico, del que no podemos salir.  Un álbum en el que se nos invita a vivir un sueño, un viaje sonoro que constituye una banda sonora sin película, una bocanada de aire fresco en la que el oxígeno limpia el alma y la mente, pero que acaba con un humo negro que impide respirar." Todas las canciones han sido compuestas, arregladas, producidas e interpretadas por Andrés Costureras en los estudios Nomadi de Madrid. 

Así lo define él, pero a partir de que uno escucha el disco, y lo hace sin leer la explicación del artista, le permite darle su propia orientación. Servidor no es experto en dar referencias de grupos, estilos musicales, pero si de lo que las canciones y melodías le pueden transmitir. 


El disco, compuesto por 8 canciones que realmente suena a la banda sonora de una película, una película que no existe. En la que ha creado él es viaje en un bosque de 24 horas en el bosque, para mi es un viaje que se hace simplemente sin moverse del lugar y desplazándose muy lejos. A ese lugar en el cual nuestra mente se libera, se quita la presión y es algo que parece reflejado en seis de los ocho cortes, donde habla de todo tipo de temas desde la pesadilla de un trastorno mental que puede secuestrar tu vida sin darte cuenta, pero también hay momentos de aperturas a la esperanza además de la realidad actual, la situación que vivimos, las guerras... El contraste de la melodía y la voz de Andrés hace que todo parezca más suave. Su voz tiene algo que te atrapa, te coge y te abraza, de una forma muy musical, en el sentido de una película musical. De una forma en la cual parece ayudarte a la aceptación de este mundo en el que nos encontramos.

Es por ello la resiliencia de la que habla en muchas ocasiones, las canciones parecen estar pidiendo que te agarres a ellas. Que te dejes llevar por esos cantos, como esas sirenas que te quieren llevar hasta el fondo del mar con sus voces, Ahogarte en sus letras, tener que aguantar la respiración, escuchar a tu corazón y ver que aunque a veces cuesta consigues salir de ella. Aunque hay algo en todo esto que también me resuena a despedida, a una forma de que alguien se va dejando todo en paz, con las ideas ya bien asentadas hasta que llega el caos final, el descontrol. Un descontrol que deja píldoras en las voces demoniacas que resuenan en ciertos momentos.


Él nos cuenta esos pequeños secretos de cada tema como que Silence, que abre el disco, es el comienzo de algo sanador que nos llevará por media hora a un mundo de pesadilla. Vultures nos quiere mostrar el dolor emocional de la decepción y la traición, con un piano que parece que acompaña como si estuvieras en un viaje por la Haunted Mansion particular del artista, hundiéndote en sus pensamientos pero aceptándolos. Cycles narra la inestabilidad emocional que le provocan los síntomas de un aterrador Trastorno Bipolar que le tiene secuestrado desde los 16 años. Loner es quizás uno de los momentos más discordantes donde Andrés decide hacer un alarde de mezcla de estilos y hay una distorsión con el resto de temas.

After You y Slow Curtain es la forma que tiene de llevarnos a la vuelta a la cruda realidad, y a la actualidad en la que las guerras se han hecho protagonistas. In The Air nos traslada al mundo Lynchiano de Mullholand Drive, con Costureras cantando suspendido en el aire frío de un paisaje onírico que a su vez nos lleva al final del álbum. God Wouldn’t Allow You To Believe In Him es el final del sueño que ha ido a convertirse en una pesadilla y donde se centra en Gaza, en la muerte, la destrucción, como buena parte del mundo lo ignora y otros se ríen de aquellos que intentan aportar su grano de arena. Porque los nazis siguen entre nosotros y los tenemos viviendo en la casa de al lado y en puestos públicos. Ya lo decía George Santayana, filósofo y escritor español, "Quien no sabe su historia está condenado a repetirla". El despertar del sueño es un golpe de la realidad que tenemos en cada mañana al despertar, tras esos minutos en los que no tienes muy claro que sucede.


Soundtrack Without A Movie
lo considera como "la guinda a una larga trayectoria de 15 años haciendo una música preciosista y diferente" y que pide que se escuche por encima de lo demás, concentrarse en la música y explorar sus matices, analizar sus letras y decidir que es todo esto para ti ¿Es el final? ¿Estamos al borde de un precipicio sin ser conscientes de ello? ¿Alguien nos empujará hasta caer? o por el contrario ¿Alguien nos abrazará en ese fin del mundo que puede que estemos viviendo a cámara lenta?

Fotografías Pshycotic Beats: Ángela Menaza

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