Quizás para entender un poco más esta entrada debería de remitirme a cuando hace unos meses se celebraban los veinte años del primer disco de La Casa Azul, El Sonido Efervescente de.... Era la época en la que había empezado a descubrir el indie español (Los Fresones Rebeldes, TCR, Undershakers, Los Magnéticos...). A finales del 2000, en el concierto que daban Sexy Sadie presentando su disco Butterflies en el Aqualung, ese lugar que antes de ser sala de concierto era un parque acuático, había un par de chicos sobre el escenario antes de que comenzara el grupo de Jaime G. Soriano. No se escuchaba estupendamente bien, pero sus melodías eran pegadizas y a mí un chundi-chundi siempre me ha gustado desde los tiempos del eurodance con los que pasé mi adolescencia. Ellos era su nombre. Me habían gustado. Meses después, en mayo de 2001, el compi con el que había ido a ver a Sexy Sadie me dijo "Oye, eso grupo que te gustó, acaba de sacar disco". Y allí me fui yo al Fnac, cuando molaba, a comprar Lo tuyo no tiene nombre (Subterfuge Records, 2001).
Ya han pasado veinte años desde entonces. El disco salió un 8 de mayo de 2001 [Aunque puede que se retrasara al 14 de mayo] así que el 8 de mayo de 2021 es el día para ponerme de nuevo nostálgico y sentimental. Cuando se cumplieron quince años ya repasé todo el disco con sus singles, vídeos y demás, así que hoy quiero hablar un poco más "From the bottom of my broken heart" que cantaba Britney Spears.
Cuando a la gente le preguntas porque grupos han marcado su vida, suelen ponerse muy pedantes porque suelen ser grupos rimbombantes, internacionales y normalmente grandes clásicos de toda la vida. Mira, amigues, en muchos casos no me lo creo. Al final la música es lo que te hace sentir, lo que te ha acompañado, los momentos que has vivido con ella... y Ellos han sido uno de esos grupos con los que más me he identificado en sus letras, las melodías, y en el rollo que llevaban. El grupo tomaba el nombre del grupo imaginario, porque nunca llegaba a aparecer, del mismo nombre que se mencionaba en Laberinto de Pasiones.
Ellos tenían esa parte de cabroncetes, de mala leche en su interior pero con su punto de drama también. Así que yo fui muy feliz escuchando Lo tuyo no tiene nombre, 12 canciones que viajaban por el electropop, donde Guille Mostaza y Santi Capote se acompañaban de Luis Carlos Esteban en la producción.
Siempre he sido de los de bailar en mi cuarto y hacer The time has come for you to lipsync for your life cuando ni siquiera existía Rupaul's Drag Race. Así las canciones de Ellos me han transportado a diferentes escenarios para poder hacerlo con mi imaginación. Sí, porque todos llevamos a un artista en nuestro interior deseando salir.
Tu primero era la frescura absoluta. Olor a verano, canción de esas de piscina, ligoteo, buen rollo. La mezcla de timidez con ver quien se lanza a decir lo que realmente quiere: "Salgo a cenar y me atraganto si te veo pasar, pierdo la vida y luego se me olvida al disimular. Y no está bien sé que me espías todos los días que me cruzo contigo no sabes que hacer, sonreiré". Con Diferentes todos los maricas de la época nos vinimos arriba y, aunque Guille ya confesó la realidad de la canción dedicada a un ex novia y su nuevo novio, creo que aprovecharon bien en la discográfica esa ambigüedad que Guille y Santi transmitían en el escenario y en las canciónes, aún más en el videoclip, para convertirse en un himno del Orgullo en los ambientes indies de la época.
En tu lista fue una canción de referencia con algunos amigos. A día de hoy sigue estando vigente "Sé que me necesitas aún me tienes puesto en la lista, y hoy va a ser quien te diga que no" . Ahora mismo podríamos hablar de seguidores en redes sociales, tú me sigues, yo no. Cosas como esas. Teníamos también los dramas absolutos como Mi Remedio, "Podría chillar, podría correr, podría también agitar los brazos contra la pared o despierto al vecindario también. Podría escapar... y no volver jamás...". Pues mira, sí, un joven veinteañero, Guille contaba entonces con 24 años cuando se publicó el disco, contando todos sus dramas personales por medio de las canciones. Por aquel entonces era muy intensito, así que me viene de perlas. Perlas ensangrentadas, claro.
Cuando llegamos a Esto no está mal es mi momento estrella del disco. Me levanto, cojo mi micro imaginario y lo doy todo como si me fuera la vida en ello: "No está mal pero puede mejorar... Hay una vida real, hay un destino, hay un plan y ahora voy a empezar a vivir de aquella manera que tu querías que no hiciera, porque es mi vida ya no tengo más, yo te presto el resto que esto no está...". Me sigue pareciendo un puente y estribillo BRILLANTE, y las estrofas no se quedan atrás "Siento algo fresco en mi interior y ni lo imaginaba cuando te besaba que esto es mucho mejor". De verdad, con veinte años metido en dramas imaginarios cantando esto. La felicidad.
Pasamos a Muy Pequeño donde se hace un poco de flagelación ante una persona "Nos conocimos en aquel baño. Me preguntaste: ¿Quién eres tú? ¿Dónde has estado todo este año? ¿En el armario o en un baúl?" es que todos hemos tenido historias de esas, menudas noches de locura que hemos vivido... y que lejos me quedan. Con Algún Detalle tenemos un punto intermedio entre el drama y la superación de los problemas "Me he comprado un bidón de gasóleo para arrasar con todo el escritorio y puede que más. Siempre algún detalle me hará pensar que aunque ya no quede más todavía hay postales por empapar". El momento subidón final es de los de cantar a grito pelado.
Nos ponemos un poco moñas, tiernos y romanticones en Decoración que puede ser considerado el tema de amor del disco. Nos encontramos con frases tan intensas, dignas de ponértelas en el estado de Messenger para lanzar una indirecta, como: "No desesperes con tu imaginación, tengo tu foto en blanco y negro puesta en este rincón, tengo tu rostro tatuado en mi interior".
Después nos vamos de viaje, aunque no como la abuela de Fany, sino otro tipo de viajes en un combo de canciones llamado Vente si quieres / Vente si puedes que está basado en un corto donde dos personas que le dan a la heroína pasan de la felicidad a acabar vendiendo los muebles de la casa. Aunque puede ser reinterpretado de mil maneras, porque nunca pensé en su día que fuera sobre eso. En mi mente inocente era una historia de viaje en el que uno no necesita nada. Ah, claro. Darse un viaje. Acabo de caer.
Llegamos a la recta final con Fin de la emisión, en el que uno ya está cansado de esa otra persona controladora, posesiva y decide cortar por sano para ser completamente libre -Como cuando Nicole Kidman se divorció Tom Cruise-. Un tema que tiene ese punto festivo y destila la felicidad de haber hecho las cosas bien. Terminamos con la nostalgia, el regreso a un año como el 83. Una referencia a los años en los que uno era feliz con muy pocas cosas "Dime adiós, no voy a volver. Di que no te parece bien. Piensa que si me quieres ver, búscame en el 83, en el 83".
Puede ir a un par de conciertos de esta época, como en el mítico Chesterfield Café donde había conciertos gratuitos cada semana y en la presentación del Demo Pop en la Sala El Sol, y a mí me encantaba la actitud de Guille en el escenario de jugueteo con el público, como si fuera una diva que interactuaba. Creo que eso también hacia que me gustara aún más el grupo. Después llegarían más discos, más conciertos, colarnos en backastage, viajar con amigos para verles en otras ciudades -en uno de ellos, en 2009, durmiendo en un hotel en el que teníamos en la habitación de al lado a Zahara- momentos muy divertidos bajo el escenario... y sobre él, pediremos perdón por destrozar El Regalo tantas veces y en tantas ciudades. Muchas risas, hombres guapos, conocer a gente más borracho que Massiel. Muchas cosas de éstas las conté cuando me hicieron fan honorífico del grupo. Tras su separación, acabé haciendo un disco homenaje a su carrera, ¿Por qué nos habéis hecho esto?. Sniff.
Como venía escondido en aquella primera edición del disco "Venimos a salvarte...". Pues mira, aquí seguimos. "3, 2, 1... Ellos"
No hay comentarios:
Publicar un comentario