Llegamos a la Iglesia, rodeada de vidrieras luminosas llenas de instrumentos musicales. Nos sentamos. Llega nuestro párroco de confianza. Nos levantamos. Sobre sus manos lleva el vinilo del nuevo disco de los Capitán Sunrise: Playlist para un apocalipsis (Subterfuge Records, 2023). Lo alza y la gente aplaude enfervecida como si fuera una aparición. Porque sí, amantes del buen pop, de las letras que mezclan el costumbrismo, el día a día con una producción que lo lleva más lejos. Como si pusiéramos el coche del Delorean lleno de complementos para poder viajar a tiempos mucho más lejanos. Un disco que se gesta desde la pandemia cuando se produce un cambio y observamos como un posible apocalipsis se encuentre más cercano de lo que podíamos pensar. Así que nunca está de más tener una lista de canciones para bailar cuando nos pille.
9 canciones como si nos dieran 9 hostias, obleas no de golpes, que nos ponen de nuevo en comunión con la música junto a Santi Diego, Fran Jiménez, Noelia Cabezas, Miguel Sánchez y Paco Cuenca. Hace unas semanas lo presentaban con el tema que abre el disco: Playback (a vida o muerte):la repetición y lo que en psicología se llama modo automático de pensamiento llevado a la realidad. Cuando a veces hay que saltarse ese playback (a vida o muerte), en referencia al programa Drag Race España, el automático al subir stories o en una app para ligar (¿Act o Pas?). Además le acompaña un videoclip dirigido por Daniel Cuenca (El Poder del Pop) que sigue acertando en sus adaptaciones visuales de las canciones del grupo. Pero esto era sólo la primera píldora.
El segundo corte, Alexa ¿Tú me quieres?, cuenta con la única colaboración del disco, la de Jordana B. Un tema power pop guitarrero que una vez escuchas ya estás esperando el pistoletazo de salida del estribillo para comenzar a cantarlo. María Solá, creadora y líder de Jordana B., aporta una serie de líneas divertidas, irónicas, casi obsesivas como si fuera un Black Mirror pero con un punto a lo Scary Movie. También habla de una realidad "Soy adicta a ti y no sé como escapar, ¡no sé como escapar!" que es lo que sucede con este disco.
Así llegamos hasta Es más fácil entrar al Capitolio que a tu corazón me lleva a un comienzo de canción ochentera, no de Vicco sino de Mecano, aunque en la canción hace referencia al Duro de Pelar de Rebeca. ¿Puede que sea el disco que destile más ironía? Aquí llega desde el propio título. La complicidad que es mantener relaciones con algunas personas "Es más fácil que baje las gasolinas" "No sé si enamorarme o irme de after", mientras no sabes como reaccionar ante una persona que es compleja emocionalmente.
Es maravilloso encontrar esos discos donde todas las canciones funcionan y es difícil escoger un hit. Quizás el más directo de todos es El amor es una hamburguesa de un euro. Inmediato, menos de tres minutos de canción, con un estribillo que nos lleva a otro directo como fue Bésame antes de que cambie el gobierno -una canción, por cierto, que en los últimos años parece estar constantemente de moda- y que bien podría ser un tema para parejas tóxicas que vienen y van en un karaoke decadente en la noche madrileña cualquier fin de semana. Aquí se menciona la frase "Buffet de Varietes" que bien podría ser el nombre de una canción de Fangoria o incluso hacerse una gira como aquella de Varietes con Lucy Octopussy haciendo de La Prohibida y tirando una ruleta para elegir el repertorio. O a Juliana Gattas de Miranda! con el look que tenía en las fotos promocionales de El Disco de tu Corazón de Miranda!
La parte final del disco ralentiza los tiempos, podemos dejar las zapatillas con alitas para bailar para pasar a unos tempos más relajados: Satélite soviético comienza con un piano que nos lleva hasta la voz de Santi para ir poco a poco incorporando instrumentos en un tema donde se habla desde la lejanía, para la búsqueda de la felicidad de alguien como un espía. Esa guitarra eléctrica que llega al final parece dejar claro todo lo que necesita hacerlo. El cierre del disco, la track número nueve, se llama La pecera, el baladón absoluto del disco y, quizás, una de las canciones más tristes. "No quiero morir por nada, cerrar los ojos al grito de maricón". Una balada que bien encajaría con el ambiente eurovisivo reivindicativo y la búsqueda cómplice con el que poder compartir momentos. Dos canciones que necesitan reposo después de todo el subidón.
Esa piano en el interludio que hay antes de la apoteosis final y que nos lleva a esa sensación de euforia. La misma que cuando besas a la persona que siempre deseaste, la subida del lift a toda velocidad de la Batman: Gotham City Escape, de cantar esa canción en el escenario que siempre te da subidón, de darlo todo en el karaoke, La regeneración de décimo Doctor Who, el momento de pánico absoluto en aquella escape Room de terror... [Esto es un homenaje, a mi libre estilo, a esta escena de la película Quiéreme si te atreves] Todo llevado por recuerdos que pasan a toda velocidad, cuando el fin del mundo en el exterior, aceptado, disfrutad antes del pantallazo negro final...
Para esta época estrenan logotipo que ha creado Juan Hernando [Artista multimedia que también tiene un proyecto musical chulísimo llamado Teenage, y os recomendaría escucharos su disco Popmodernismo], encargado también del arte del disco. Al final todo encaja, es un rompecabezas que funciona bien. Porque un buen disco de pop necesita un buen acabado, mimado, trabajado y aquí se puede ver desde fuera todo al completo.
Playlist para un apocalipsis es la evolución de esos Capitán Sunrise que nacieron en el 2010 con ese Guille Mostaza que conocí a finales de los noventa cuando lo daba todo en los escenarios cantando con bien de drama. Dos líneas temporales que nos llevaron a la actualidad donde, afortunados somos, se unieron sus caminos. Hermanos, ¡Pueden ir en paz! ¡Demos gracias al pop! ¡Arriba los corazones!
El disco tiene una edición limitada en vinilo de color amarillo y lo presentan en directo, con Frank Gálvez de artista invitado, el 6 de octubre en la sala El Sol de Madrid.
Fotografía Capitán Sunrise: Paul Berry
Después de leer su excelente Sermón digno de misa de doce en el Altar Mayor de la Catedral, no queda otra cosa que decirle a Ud. Mosen Fernando: AMEN (de acuerdo en todo), si acaso añadir la influencia que yo veo del grupo Roxett en la canción Satélite Soviético .
ResponderEliminarNo sé Mosen en que lugar debiera de ir en el disco "Apocalipsis en pijama" pero si sé y coincido con Ud. En que es una grandísima canción, y si como "los Capitanes" auguran llegara un apocalipsis me gustaría que me pillara bailando en pijama este grandisimo TEMAZO.
La Paz sea con todos.