El tiempo cambia, y el cambio es bueno. El proyecto musical Pieceszx ha ido evolucionando desde el lanzamiento del disco Reverbs (Autoeditado, 2020), en él todo el ambiente tropical que lo rodeaba ha pasado a un tono más oscuro, menos colorido, pero al mismo tiempo también más sexual, más potente y más profundo, como la sensación de la caída en un pozo. Casi parece que ha crecido con él.
13 canciones componen este disco que ha sido autoproducido y del que ya conocíamos algunas canciones que habían sonado en los últimos meses a modo de avance como Treatment, que abre el disco, Anesthesia, la brutalidad de Roto, Money Queer, con ese espectacular videoclip, pero es que Reverbs es un disco que funciona perfectamente, también, a nivel conjunto.
Algo interesante es la mezcla de idiomas que se dan en varias canciones, como en Dark Room donde se entremezcla el inglés con catalán -y de la que acaba de sacar una versión de uno de sus últimos directos- o L'aigua donde hace lo propio con el español y el catalán. Ese momento bailable que es Orchestra - Filipenduale, la canción más larga del disco y que la veo un tema perfecto para ambientar algún cortometraje. Muy visual, es algo que también tiene el disco. Se puede ver al mismo tiempo que se escucha.
Aunque hay un contraste cuando terminas de escuchar Money Queer, la recta final de las tres canciones con las que acaba el disco parecen intentar hacer que esa oscuridad sea mucho más lígera. En Nit D'Hivern todavía hay esa estela, mientras que en Máscaras el tono y la propia música, la búsqueda de una salida "Y sigo queriendo aprender, el reverb que no supe ver. Y sigo queriendo aprender, no olvido el ayer" y Angelo es la salvación, la esperanza y la fe en la que aferrarse para seguir.
Reverbs es redondo, encaja, funciona y transmite a diferentes niveles, con un nivel visual también contundente.
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